Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
miércoles, 21 de abril de 2010
Expiación por la vida no nacida y sus madres
La Santísima Madre habla después de la vigilia en la iglesia doméstica en Göttingen a través de Su instrumento e hija Anne.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Durante la Santa Misa de sacrificio, muchos ángeles se congregaron en esta iglesia doméstica. Acompañaron a las pequeñas almas. Llevaban pequeñas guirnaldas engastadas con diamantes. La Virgen de Guadalupe iba al frente, luego vino la Virgen de Fátima y finalmente la Madre Tres veces Admirable.
Nuestra Señora dirá: Yo, vuestra Madre Celestial, estoy hablando ahora en este momento a través de Mi instrumento voluntario, obediente y humilde e hija Anne. Ella está enteramente en la voluntad del Plan Celestial y del Padre Celestial. Nada proviene de ella.
Mis amados, Mis amados hijos de María y elegidos, Yo, vuestra Madre Celestial, os he acompañado hoy en esta expiación. Sí, todo fue intencionado para vosotros y el mal se mantuvo alejado de vosotros. Muchas cosas habrían sucedido si el Santo Arcángel Miguel no os hubiera protegido. Yo, vuestra Madre Celestial, os he dado la bendición una y otra vez para que pudierais derramar poderosamente las gracias en esta clínica de abortos.
Sí, mi amado, esta clínica aún no ha cerrado. Entonces cierra cuando el Padre Celestial lo desee y como Él lo ha provisto. ¡Creed en ello! Orad y continuad expiando por las madres. Hasta ahora habéis podido ayudar a muchas madres a no hacer asesinar a sus hijos. Esto también ha traído mucha bendición a otros.
Las pequeñas almas os agradecen por rezar para que vayan al cielo. Os saludaron llenos de gratitud. Pensad en cuántos habéis salvado y no penséis en cuándo el Padre Celestial ha planeado finalmente poner fin a este asesinato. Todo es providencia. Todo va según el plan y el deseo del Padre Celestial. Mis amados, cuántos han mirado este cartel. Os habéis dado cuenta.
¿Qué hace la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica? Sí, también fue providencia que os reprocharan por estos crímenes e iniquidades. Todo el mundo está hablando de la Iglesia Católica. Está muriendo. Os agruparán, pero mucho sucederá en el futuro, lo que hará que todos sean conscientes de que Yo deseo sólo esta Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica y la Fiesta del Sacrificio Santo Tridentino. Mi hijo Jesucristo acaba de hablar de esto mismo.
Siempre la Trinidad también habla conmigo, mis amados. Se acerca el tiempo de la venida. Y es por eso que la Trinidad quiere daros muchas indicaciones no sólo de que estáis protegidos, sino de que siempre estáis intentando salvar muchas almas: En este día las almas de los niños pequeños, en otros días especialmente las almas de los sacerdotes y las almas de los sacerdotes fallecidos, de quienes nadie piensa ya.
Todavía se cometen muchas atrocidades en esta Iglesia Católica. Yo, como Madre Celestial, debo observar, pero vosotros, Mis amados, estáis de Mi lado. Mirad a vuestra Madre Celestial como ella siempre os cuida.
¿También no os cuidó, querida pequeña Monika, esta vuestra Madre Celestial? ¿Creéis que he intercedido por vosotros ante el Padre Celestial? Él no podía negarme nada. Se os debería dar un regalo. Esto es lo que vuestra Madre Celestial quería, porque tenéis la voluntad de perseverar. Y esto os ayudará en vuestro próximo camino. Recibiréis muchos regalos si perseveráis. Pero tampoco estáis ahorrados del sufrimiento. Recordad: ¡Sólo en la cruz está la salvación! Podréis salvar a toda vuestra familia del desastre eterno. Os mantenéis firmes por toda vuestra familia. Al principio sois un luchador solitario, pero Yo os animaré a continuar por este camino. Vuestra madre más querida está siempre a vuestro lado.
Sí, Mis amados, pronto viajaréis a Mi lugar de gracia. Allí muchas, muchas gracias se derramarán sobre estas personas y peregrinos en el lugar de oración a través de vosotros, Mis amados. El Padre Celestial lo desea así y puedo deciros esto hoy. Creed que todo sucede según la Providencia, no según vuestros deseos.
Os amo y siempre estoy con vosotros. Todas vuestras preocupaciones son también mis preocupaciones, las preocupaciones de la madre. Y así vuestra madre más querida os bendice con todos los ángeles y santos en la Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Progresad con valentía! ¡Perseverad y permaneced en el Amor Divino! Amén.
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