Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
sábado, 29 de mayo de 2010
Sábado de noviembre en la semana de Pentecostés.
El Padre Celestial le habla a Su hija Emma en la casa del Rvdo. Lodzig en Opfenbach, OT Göritz en Allgäu cerca de Wigratzbad a través de Sus herramientas y Su hija Anne.
El Padre Celestial hablará unas palabras para fortalecerte y para fortalecer a tu grupo de cuatro.
El Padre Celestial hablará: Querida Emma, Yo, el Padre Celestial, te agradezco con todo mi corazón por tu perseverancia, por tu firmeza, que me has demostrado una y otra vez. Yo mismo, como Padre Celestial, te he ordenado aquí porque quería que estuvieras aquí conmigo, para fortalecer a este grupo aquí, para apoyarlo, especialmente en la oración, en la oración constante día y noche, en la constante e ininterrumpida exposición del Santísimo Sacramento de Mi Hijo. Has demostrado esto arrodillándote durante horas ante el Santísimo Sacramento de Mi Hijo, orando por los demás, demostrando que continúas haciendo Mi voluntad, porque deseo de ti que también fortalezcas a tu grupo de cuatro en la oración, que quieras estar con ellos incluso cuando vengan la enfermedad y el sufrimiento. Cuando muchas cosas se abalancen sobre el grupo, serás tú quien dé coraje a los demás, quien pueda fortalecerlos, porque ya fuiste elegida por tu familia desde la eternidad. Sí, desde la eternidad, tu Padre Celestial te lo dice.
Te elegí a ti, no tú misma. Y también seguirás recibiendo estas fuerzas a través de mí. Tu Santa Madre estará contigo, - siempre en tu corazón. Nunca te abandonará y mañana, en este día especial, en este día festivo, el Santo Dios Trino te dará fuerzas y gracias especiales que te acompañarán en tu camino hacia el Tirol del Sur, a Italia. Allí te esperarán, - fortalecida. Y uno sentirá que aquí en Wigratzbad, en este lugar especial de gracia, has recibido muchas fuerzas, has recibido poder - fuerzas divinas. Se sentirá en ti, y tu corazón abierto ha sido permeado aquí por el Espíritu Santo con una lengua de fuego, con rayos de amor. Y podrás transmitir este amor. No te debilitarás cuando otros te acosen y te persigan y también se burlen de ti. Entonces mantendrás tus fuerzas. No te debilitarán, sino que, por el contrario, te fortalecerán cada vez más y te darán firmeza aún más profunda, el Amor Divino penetrará profundamente en tu corazón, y te dará palabras que no son tuyas, sino del Espíritu Santo. Dado que estamos en la octava del Espíritu Santo, recibirás este poder de Él mismo, el Espíritu Santo.
Querida Emma, ¡mantente fuerte, mantente siempre fuerte y valiente en situaciones especiales! ¡Representas la verdad! Porque aquí has experimentado la verdad en el acto, - lo que significa la verdad, pero que también significa sufrimiento, a lo que se debe decir sí y tú lo dirás.
Has experimentado Mi herramienta dispuesta, Mi hija Anne. Ella sufre. Está en Mi sufrimiento que deseo de ti. Ella me ha dado su voluntad, - la ha transferido a mí y continúa diciendo sí. Sentirá sus debilidades humanas una y otra vez, pero también obtendrá las Fuerzas Divinas, porque en su impotencia, cuando se debilita, entonces entrará mi fuerza. Y el poder estará allí desde el cielo, - también contigo, querida Emma. Créelo y no confíes en mí, el Padre Celestial, en otras personas! Recuerda que quieren disuadirte de tu profunda fe. Por eso te he dado estas fuerzas hoy, para que también entres en el círculo de luz, donde estás protegida por tu Padre Celestial y por los santos, especialmente también por tus ángeles guardianes, de los cuales tienes varios. No permitirán que otros te ataquen donde eres vulnerable, - en la fe. En la fe serás fuerte. Demostrarás a otros que se pueden decir palabras que no son tuyas, sino que el Espíritu Santo te las dará. Asombrarán a los demás, y podrán saber por tu fuerza. ¡Entonces finalmente se detendrá la burla!
Pero recuerda que el Padre Celestial siempre te dirá la verdad, - siempre. Siempre será amable contigo. Y todo lo que tu Padre Celestial te da significa la verdad, - la verdad completa. Nunca te exigirá nada que no puedas darme, el Padre Celestial. No te sentirás abrumada, por el contrario, te volverás más y más fuerte. Y sentirás estas fuerzas, porque habrá una luminosidad en tu corazón que irradia hacia afuera, y los demás lo sentirán.
Y por tu disposición quiero agradecerte, por tus muchas oraciones, que has realizado aquí en tu tiempo libre, que estuviste allí para mí; por estas muchas aguas santas, que has rociado aquí sobre la montaña, para que el maligno ceda y cederá. Te agradezco eso. Gracias por todo, por todos tus esfuerzos aquí en este lugar especial.
De esta manera, el Padre Celestial quiere bendecirte con todos los ángeles, especialmente con tu querida Madre y todos aquellos recomendados para la protección, protegerte y continuar acompañándote en tu camino de santidad, del cual nunca debes desviarte, como desea el Padre Celestial. Ahora el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo te bendicen. Amén.
Alabado sea Jesús, María y José por siempre y para siempre. Amén.
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