lunes, 12 de marzo de 2001

Lunes, 12 de marzo de 2001

Mensaje de Jesucristo dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

"Gracias por venir. He esperado tu llegada. Soy tu Jesús, nacido Encarnado."

"Te he hablado mucho en esta temporada de penitencia de la Cuaresma sobre la rendición – rendición de tu propia voluntad – rendición a la Divina Voluntad de Dios. Entiende que tu voluntad y tus deseos son lo mismo. Porque ves el futuro con ojos humanos, es decir, imperfectamente – lo que quieres puede no ser lo que Dios ve que necesitas. Fuiste creado para conocer y amar a Dios, y para compartir la eternidad conmigo. Tus deseos muy bien pueden no conducirte a este fin. Pero la Voluntad de Mi Padre es perfecta, eterna e integral. ¡Qué necio no confiar en Su Voluntad para ti, entonces! Si no confías es porque no amas como deberías. El amor es la virtud que brilla a través de cada virtud, especialmente la confianza."

"El alma que confía solo en sí mismo – sus deseos y sus esfuerzos – es como un barco sin timón a la deriva en el mar del autoamor. Es zarandeado por las olas de metas vacías y esfuerzos sin rumbo, nunca encontrando el puerto de la paz."

"Pero el alma que acepta todas las cosas como de la Mano de Dios ya está en paz. Sus deseos son Mis Deseos. Su voluntad es Mi Voluntad, que siempre es la Voluntad de Mi Padre en el Cielo. Amor, confianza, rendición y paz se siguen en este orden. Cuanto más Amor Santo llega a la perfección en tu corazón, más confías – cuanto más te rindes, más estás en paz."

"Te complacerá hacer esto conocido."