lunes, 10 de septiembre de 2001

Lunes, 10 de septiembre de 2001

Mensaje de San Tomás de Aquino dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

San Tomás de Aquino viene. Se inclina ante el Santísimo Sacramento. Los ángeles le ayudan a sentarse junto a mí. Dice: "Alabado sea Jesús."

"Escucha, ángel, lo que el Cielo está enseñando aquí - la Revelación de las Cámaras de los Corazones Unidos - es mucho de lo que Jesús enseñó en el Templo. Por supuesto, Él no se refería al Inmaculado Corazón como Amor Santo, pero aun así, es el mismo viaje espiritual que Jesús intentó llevar a cabo con los fariseos. No logró su objetivo ya que estaban inmersos en el orgullo espiritual."

"Este orgullo espiritual le dice a una persona que tiene todas las respuestas. Está satisfecho con dónde está espiritualmente. En una palabra, es santurrón. El Mensaje y los frutos que produce pueden estar a su alrededor, y sin embargo no lo ve. El orgullo espiritual es mortal. Es como intentar llegar a un destino con los ojos vendados, negándose a ser guiado o a quitarse la venda porque el alma presume que sabe el camino."

"Todo sobre la entrega confiada que abraza este Mensaje tiene que ver con el libre albedrío. Si a través del orgullo espiritual el alma piensa que está en el lugar correcto espiritualmente, no moverá su voluntad para entrar en la Primera Cámara."

"Créeme, este profundo Mensaje lleva consigo abundante gracia para entrar en la Primera Cámara. Todo lo que se necesita es un humilde 'sí'."