jueves, 16 de marzo de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, rezad, rezad, rezad. Soy la Reina de la Paz, la Señora del Santo Rosario y la Rosa Mística. Hoy vengo de nuevo para invitaros a la verdadera conversión, que solo es posible para aquellos que han entregado definitivamente sus corazones al Señor.

Hijitos, convertíos. Cambiad vuestras vidas cada día para mejor. Entregad vuestros corazones a mi Hijo Jesús. No os alejéis de mí y de mi Hijo. Os amamos con un gran amor, que es eterno. Al menos podéis comprender este gran Amor mío por cada uno de vosotros. ¿Entendéis lo que os digo, queridos hijos? No, hijitos, aún no entendéis, porque si lo hicierais, al menos estaríais intentando hacer algo más por vosotros mismos y por vuestros hermanos.

Resad, hijitos, para entender y poder comprender mi venida aquí entre vosotros. Rezad mucho al Divino Espíritu Santo. No os alejéis de Él que es vuestra Luz, vuestro Verdadero Conocimiento y vuestra Vida. Rezad, pidiendo los dones del Espíritu Santo para vosotros mismos y para vuestros hermanos. Si supierais lo que el Espíritu Santo tiene reservado para cada uno de vosotros, rezaríais más a Él para cambiar vuestras vidas. El Espíritu Santo es todo Amor, es toda Ternura. Que el Divino Espíritu se derrame sobre cada uno de vosotros poderosamente, y os dé su Paz, su fuerza y su Consuelo. Que os cubra con su Sombra y se derrame en plenitud y en gracia. Rezad pequeños, rezad. Soy la Virgen de la Gracia. Rezad y pediré y obtendré del Señor incontables gracias para cada uno de vosotros. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.