lunes, 17 de julio de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, soy vuestra Madre Celestial. Soy la Bienaventurada Virgen María y la Reina de la Paz. Rezad, rezad, rezad. El Señor os invita a la conversión. Lo que tenéis que hacer, hacedlo hoy. No posponéis vuestra conversión para mañana. Convertíos ahora.

El mundo ofende tanto al Señor, y mi Inmaculado Corazón está tan aprensivo y preocupado por lo que podría pasarle si no se convierte.

Hijos, el mundo necesita convertirse, de lo contrario caerá sobre él un gran castigo. Los hombres se burlan de la autoridad de Dios al no obedecer sus Santas Leyes, al despreciar sus Mandamientos y su Santa Iglesia, que es la Iglesia Católica.

Oh, hijos, el Corazón de vuestra Madre os urge hoy a una oración más profunda por vuestros hermanos que están en pecado. Abrid vuestros corazones. Rezad el santo rosario. El rosario os libera de las garras de Satanás. No temáis al enemigo, pues Yo, vuestra Madre Celestial, estoy aquí para protegeros contra Satanás.

Soy la Virgen de la Paz y la Virgen del Rosario. Todos mis pequeños que rezan el rosario todos los días, hasta el final de su vida terrenal, obtendrán a la hora de su muerte, de mi Inmaculado Corazón, gracia y coraje para su salvación eterna.

Ofreced vuestro rosario y vuestros sacrificios a Dios, en reparación por los pecados del mundo entero. Entregad vuestras vidas en las manos de Jesús.

Mi Hijo Jesús necesita vuestra ayuda, para que más almas encuentren una luz que les guíe hacia Él. Esa luz debéis ser cada uno de vosotros, mis hijos. Sois las pequeñas luces del Señor, y el Señor os ama e invita a la conversión.

Yo, María Inmaculada, la Virgen de la Concepción, os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!