domingo, 13 de octubre de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Mis queridos hijos, Yo soy la Virgen del Santo Rosario y la Reina de la Paz. Rezad, rezad, rezad, rezad, mis hijos, por la paz del mundo entero.

Deseo invitaros a la conversión. Rezad por todos aquellos que se han alejado de Dios, deseo, mis hijos, en este día, 13 de octubre, la Comunión de reparación. Recibid la Comunión de Reparación por Mi Hijo Jesús. Como os pedí en Montichiari (Fontanelle), renovo mi petición de la Comunión de reparación el 13 de octubre. Tened más amor por la Sagrada Eucaristía. Id a la Santa Misa con reverencia, con amor en el corazón. No os alejéis de Mi Hijo Jesús.

Yo soy su Madre, la Madre de la Sagrada Eucaristía. Bendigo a todos vosotros, queridos hijos. Mi Inmaculado Corazón está abierto para acogeros a vosotros y a vuestras familias. Rezad para que Satanás se aleje de vuestras familias. Rezad para superar todas las tentaciones.

Mis queridos hijos, rezad el Santo Rosario meditando sus 15 misterios sagrados.

Mis hijos, prometo a todos aquellos que rezan el rosario con fe y amor, que tendrán sus nombres escritos en Mi Inmaculado Corazón y a la hora de su muerte Yo vendré por ellos para llevarlos conmigo al Paraíso....

Nuestra Señora nos estaba mostrando su rosario que sostenía en sus manos.

No rezéis solo con palabras, sino con el corazón. Yo soy la Madre de Jesús y he venido a la tierra para guiaros a Su Dios. No ofendáis más a Nuestro Señor Dios que ya está mucho ofendido. Volved, volved, volved lo antes posible. El brazo de Mi Divino Hijo ya es demasiado pesado. La justicia de Dios está a punto de caer sobre toda la humanidad. No pequéis más. Arrepentíos de vuestros pecados. Rezad al Espíritu Santo para que os ilumine y os dé verdadero amor y sincero arrepentimiento por vuestras faltas. Llevad Mi amor a todos Mis hijos. Sois Mis ángeles, Mis queridos hijos....

En este momento, Nuestra Señora me reveló en visión uno de los secretos, que es el más triste y el más grande. Algo que va a caer sobre el mundo y castigar a los hombres, por sus innumerables pecados. Será de grandes proporciones si no hay una conversión general de los hombres, y será terrible. Vendrá como un gran fuego. Esto es todo lo que la Virgen me permitió revelar. Inmediatamente después, la Virgen continuó diciéndome:

Se necesita la conversión lo antes posible. Ayudadme, mis hijos. Rezad vuestros Rosarios, haced vigilias, ayunad.(*) Necesito vuestras oraciones, sacrificios y penitencias. Todo puede ser aliviado si rezáis.

Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!

(*) Es decir, para que Nuestra Señora obtenga, a través de su intercesión con Dios, que el castigo sea mitigado y la gracia de la conversión del mundo.