viernes, 23 de mayo de 1997

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Ciliverghe, Italia

"La paz esté con ustedes, mis queridos hijos!

Queridos hijos, Yo soy la Virgen Reina del Santo Rosario y la Reina de la Paz.

Les pido que continúen rezando el Santo Rosario todos los días por la paz mundial.

Queridos hijos, el mundo está en gran pecado. ¡Cuántas cosas tristes tendrán que suceder en el mundo si no se convierte! Rezo a Dios por ustedes, pidiéndole que les perdone sus pecados. Pero ustedes, arrepientanse de sus actos pecaminosos y vuelvan al Señor con un corazón arrepentido. Si no se arrepienten, un gran castigo caerá sobre ustedes. Escúchenme, oh queridos hijos, el Señor ya no puede soportar tantos pecados y ofensas. No ofendan más a Nuestro Señor Dios, que ya está muy ofendido. Llamo a mis queridos hijos a escuchar mis súplicas celestiales. Hijos e hijas sacerdotes, ayuden a su Madre Celestial. Hijos sacerdotes, miren a Mí, su Madre Celestial, y tendrán la fuerza para caminar hacia Mi hijo Jesús. Yo soy la Madre de todos los sacerdotes. Queridos y amados hijos, escúchenme: su Madre realmente apareció en Ghiaie de Bonate. Escúchenme: defiendan Bonate. Bonate, una fuente de gracia para todo el mundo, especialmente para todas las familias. ¡Cómo sufro, porque muchos de mis hijos sacerdotes no creen que aparecí en Bonate a Miss Adelaide Roncalli, despreciando mi mensaje y mis gracias! Se necesitan grandes reparaciones para Bonate, por no haber aceptado mis mensajes de conversión. Especialmente por parte de todos los sacerdotes.

Queridos hijos, ¡basta de tanta incredulidad! No permitan que Satanás se burle de ustedes por su incredulidad hacia Bonate. ¿No se dan cuenta de que él quería que muchas personas no encontraran el camino a la salvación y fueran destruidas? Oren, oren, oren. Yo, su Madre Celestial, les pido que santifiquen el lugar donde aparecí, en Ghiaie de Bonate, porque esta es una petición de Mi Divino hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

Queridos hijos, en este momento deseo bendecirlos. Reciban mi bendición maternal. Desde este lugar bendigo a mi hija Adelaide Roncalli. Díganle que la amo mucho y que siempre he estado con ella en todas las dificultades de la vida y estaré con ella en la hora de su muerte.

Queridos hijos, en este momento los marco con aceite santo del cielo, haciendo el signo sagrado de la cruz en sus frentes. Siempre permanezcan en un estado de gracia para que el amor de Dios siempre esté con ustedes. Los bendigo a todos: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!"