sábado, 23 de agosto de 1997

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

"¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, perdonen, perdonen, perdonen para que puedan recibir el perdón de mi Divino Hijo Jesucristo. Si no viven el amor y el perdón, no pueden ser dignos de Mí ni de mi Hijo Jesús.

Solo aquellos que aman verdaderamente habitarán en la gloria del paraíso, porque en el cielo solo vive el amor. Así que, queridos hijos, esta semana que vivan el amor en sus hogares y con todos aquellos que encuentren en - un día.

Los bendigo a todos: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!"

En esta misma noche, Nuestra Señora transmitió un mensaje más:

"Quiero reunir a todos los jóvenes en Mi amor y en el amor de Mi Hijo Jesús. Deseo que todos los jóvenes escuchen mis llamados a ellos, porque solo así sufrirán menos y alcanzarán la verdadera felicidad en este mundo y luego para siempre en el cielo a mi lado y al lado de Jesús.

Nunca encontrarán la felicidad en los vicios, en los placeres del mundo, sino solo en mi Hijo Jesús. Solo en Él serán verdaderamente personas santas y puras.

Oren por todos aquellos que desprecian las verdades enseñadas por Dios y no se detienen ni un minuto a meditar sobre la pasión de mi Hijo Jesús, por todo lo que tuvo que soportar para salvarlos de la muerte eterna.

Oren, oren, oren y yo oraré con todos ustedes. Hoy, mis hijos viven más como animales, sin razón para pensar en las consecuencias del pecado, que como verdaderos cristianos. Y esto hiere mucho el corazón de su madre, porque para todos estos hijos míos, el reino de los cielos parece una leyenda y no una realidad en su vida presente, especialmente ahora, en estos días de grandes conflictos, cuando muchos están incluso en peligro de perderse para siempre.

Solo a través de la oración podemos cambiar esta situación, mis hijos. Ayúdenme, y les prometo que los ayudaré en todo lo que Dios me permita hacer.

Los bendigo de nuevo: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Hasta pronto!" Le pregunté a la Santísima Virgen: ¿tiene algo más que decir, querida Madre?

"No, hijo mío, por ahora este es el mensaje que tengo que decirles hoy. Ahora les ruego: por favor, no pequen más. Abandonen el pecado y vuelvan a Dios mientras todavía hay tiempo. Gracias por su respuesta a mis llamados!"