Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
viernes, 28 de julio de 2000
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!
Queridos hijos, Yo, su Madre y Madre de toda la humanidad, quiero decirles que estoy muy feliz con su presencia. Les agradezco por sus oraciones, porque me están ayudando a salvar tantas almas.
Jesús los bendice y los ama mucho. Él desea tanto su salvación. Perseveren en su camino al cielo. Dios siempre los ayudará y Yo también. Desde este lugar bendigo a todos los jóvenes del mundo entero.
Comencé mi obra en Itapiranga, en Amazonas, y ahora la continúo aquí y en otros lugares donde los jóvenes han escuchado mi llamado de amor. Estoy feliz con la presencia de todos mis hijos que vinieron aquí, de diversas partes, para honrarme.
A todos ellos les digo: oren en sus hogares. Queridos padres y madres, tomen una actitud de responsabilidad y de compromiso cristiano hecho a Dios en el momento del matrimonio. Tantos padres y madres tienen a sus hijos en el camino del mal, porque se han enfriado en su fe y no les han dado un buen ejemplo de vida. Oren el rosario en familia y Dios cambiará las situaciones difíciles que están pasando sus hogares y sus hijos.
Hijos, amen a sus padres y respétenlos. Sepan que aquel que honra a su padre y a su madre, tiene la bendición y la protección de Dios, no sufrirá con sus propios hijos, sino que tendrá la ayuda necesaria; pero aquel que no vive este mandamiento de Dios y no lo respeta sufrirá mucho en este mundo, y si no se arrepiente, no recibirá la vida eterna, sino el sufrimiento eterno. Así que amen a su padre y a su madre y respétenlos, incluso si han cometido algún error que les haya hecho sufrir mucho. Perdonen, perdonen, perdonen.
Ahora la bendición de su Madre: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!
Antes de irse, Nuestra Señora dijo:
Siempre pidan la intercesión de San Juan Evangelista, porque él también protege a todos los jóvenes del grupo, como a los jóvenes de todo el mundo.
Nuestra Señora apareció acompañada por Santa Teresa, Santa Gemma Galgani, San Gabriel de la Virgen Dolorosa, y San Juan Evangelista.
Orígenes:
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