martes, 30 de noviembre de 2004

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Sciacca, GA, Italia

Hijo mío, dile a las almas sobre mis mensajes. Son luz para sus vidas que encuentran en la oscuridad del pecado. No te preocupes por todo lo que pueda ocurrir de ahora en adelante. Siempre estaré a tu lado para guiarte en todo.

Esta obra, como ya te he dicho, es mía. ¡Ánimo! En las persecuciones y pruebas de la vida siempre reza, y tu alma siempre encontrará la paz que confortará tu corazón.

El enemigo siempre desea crear obstáculos a mi obra, pero si todos mis pequeños hacen como yo les he enseñado, siempre serán victoriosos. Un alma devota mía siempre reza el rosario, se sacrifica por la salvación de todos, y sabe ser un verdadero testigo del amor de Dios.

Poco le queda al diablo y a su reino de oscuridad para ser destruido. Estoy intercediendo y actuando más que nunca, a través de mis apariciones celestiales. Deseo de todos solo buena voluntad en querer vivir mis llamados y ser obediente y dócil a la voz maternal mía.

Ayúdame a ser fiel a Dios y a nunca desviarme de tu camino!

Para mantenerte siempre en la gracia del Señor, siempre reconoce tu pequeñez y pídele su ayuda y él te escuchará. Aprende a ser agradecido con él por las gracias que has recibido y glorifícalo dándole gloria. El Señor verá tu pequeñez y tu pequeño acto de alabanza y agradecimiento, y tendrá misericordia de ti. Ahora concedo mi bendición maternal a todos mis pequeños hijos de todo el mundo. Los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora, esta tarde, me habló de nuevo sobre la devoción a los tres Corazones unidos:

Difunde la devoción a los tres Corazones. Esta devoción es poderosa para la salvación de las familias. Hay incontables gracias que Dios concede a todos ellos a través de esta devoción. Esta es la gracia que Dios quiso conceder a las familias de todo el mundo, en este fin de los tiempos. Esta devoción brillará fuertemente en el mundo y los rayos de las gracias y bendiciones de nuestros Corazones Santísimos destruirán todas las obras malvadas de los demonios. Es el Todopoderoso quien desea la difusión de esta devoción en el mundo. ¡Nos vemos pronto, hijo mío!