miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mensaje de San José a Edson Glauber en Paderno, Italia

¡La paz esté contigo!

Hijo mío, vengo esta noche a bendecir a toda la humanidad. Llevo en mis brazos la verdadera paz. Jesús es el Príncipe de la Paz, pero también es tu gran amigo.

Deseo que todos los hombres entiendan que es importante abrir sus corazones a Jesús. Él está derramando tantas gracias del Cielo, pero los hombres no las acogen porque se permiten ser cegados por el pecado y el encanto del mundo.

Diles a tus hermanos que recen los rosarios de mis siete dolores y alegrías, porque deseo ser su intercesor en sus mayores dificultades. Si supieras cuántas gracias me permite concederte Dios, no cerrarías tus corazones y nunca dejarías de rezar este poderoso rosario.

Cada vez que pidas mi intercesión, estaré ante el trono de mi Hijo Jesús para orar por ti y por tus familias. Dios quiere familias santas. Santifica tus hogares con la oración familiar. Sé de Dios y no del mundo. Imita el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, de mi familia, para que tus familias puedan merecer el Cielo. Quien humildemente pida mi intercesión verá la gloria de Dios brillar en su hogar, pues oraré mucho ante Jesús por estas familias que apelan a mi intercesión, pidiendo mi ayuda.

Hoy les doy un beso de Padre en sus frentes. Ve en la paz de Dios. Regresa a tus hogares con la bendición de mi Hijo Jesús y con mi bendición paternal.

Te bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!