domingo, 16 de marzo de 2014

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Por la tarde, durante la celebración de la Santa Misa, en el momento en que recibí la Sagrada Comunión, vi a la Santísima Virgen, como Reina, vestida con ropas de oro y coronada, más brillante que el sol, que estaba en el cielo, sobre el Nuncio Apostólico, los Obispos y los sacerdotes. La Madre de Dios abrió su manto inmaculado y protector y cubrió con él a los celebrantes. Su manto creció y se extendió también sobre las personas presentes. La Virgen me dijo

Soy la Madre de la Iglesia y la Reina de las Familias. Por orden de mi Divino Hijo, extiendo mi manto de protección sobre esta diócesis, sobre el pueblo de esta ciudad, y les doy también mi bendición maternal, para que reine la paz y el amor de Dios. Que las familias sepan agradecer a Dios la gracia que les concede esta noche, con la presencia del representante del Obispo más grande de la Iglesia, el Papa, en medio de ellas, para que vivan la santidad en sus hogares, siendo luz para los que están en tinieblas, signo de vida para los que yacen en la sombra de la muerte, y esperanza para los corazones afligidos y afligidas.

Dios está con vosotros y nunca os abandonará, familias de Dios. No temáis a las tinieblas que quieren irrumpir y mostrarse victoriosas. Nada es más poderoso que el amor y la luz de Dios. Por el soplo divino del Espíritu Santo, todo el mal caerá por tierra y será destruido, si los hombres creen sin dudar jamás.

Oración, conversión, fe y reparación. Dejad las cosas malas, sabed renunciar a las injusticias para seguir el santo camino de Dios; liberaos de la ceguera espiritual, arrepintiéndoos de vuestros pecados; tened un corazón puro y santo, como lo tuvo mi Justo Esposo, José. Sólo así, Dios os colmará de las gracias del cielo, y su infinita misericordia os abrazará y disipará todo mal. Te bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.