domingo, 5 de noviembre de 1995

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, sean felices y estén en paz. Yo velo por ustedes, mis hijos, y rezo para que la Paz nunca los abandone!

Gracias, hijitos, a todos los que han venido a orar, estoy feliz cuando veo que realmente quieren adorar a Jesús en la Eucaristía! Yo, mis hijos, abro mi Inmaculado Corazón para bendecir y conceder Gracias de una manera muy especial. Sientan, mis hijos, Mi Presencia con ustedes, tocándolos, guiándolos, iluminándolos, sanándolos, fortaleciéndolos, consolándolos, consolándolos, dándoles, queridos hijos, cada día más y más, la fuerza y la alegría de la Paz.

Estoy con ustedes, mis hijos, así que no deben temer nada, porque mi corazón está delante de ustedes, y con mi gracia, queridos hijos, purifico sus corazones y los acerco a Jesús.

Sientan, mis hijos, a Jesús aquí, lleno de AMOR hacia cada uno. ¡Recen! Pidan que el Espíritu Santo venga, para que haga maravillas! Nuevas bendiciones serán traídas por el Espíritu Santo, así que, hijitos, recen conmigo siempre, para que el Espíritu Santo de DIOS pueda actuar en cada uno, y que cada uno sea un instrumento del AMOR de DIOS!

Recen el Rosario todos los días, como tantas veces les he pedido. y los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Permanezcan en la Paz del Señor".