Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
lunes, 13 de mayo de 2002
Mensaje de María Santísima

Hijo mío, hoy estás aquí a los pies de Mi Venerable Imagen, que recuerda Mi Aparición que tuvo lugar en la Cova da Iria, en Fátima, en 1917.
Hoy, ochenta y cinco años después de aquel día, regreso a la tierra, para decir a todos, a través de ti, por qué aparecí en Fátima.
Aparecí en Fátima para llamar a todo el mundo a la conversión y a regresar a Dios.
Aparecí en Fátima para invitar al mundo a la paz y la reconciliación con Dios.
Aparecí en Fátima para advertir al mundo de los 'grandes peligros' que le esperaban en su viaje a través del tiempo para alcanzar la eternidad.
Aparecí en Fátima para revelarles 'Mis Planes Maternos', y a cambio, también revelarles los 'planes que el infierno y el mal' han tramado contra la humanidad, para exterminar para siempre, si es posible, no solo la raza humana, sino la tierra misma y la verdadera Fe Católica.
Aparecí en Fátima para revelarles 'todas las maquinaciones de Satanás' y sus demonios, quienes, a través de Rusia, el comunismo ateo práctico y teórico, junto con las naciones totalmente olvidadas y rebeldes a Dios entonces, quisieron extender toda su perfidia infernal en la tierra, y así arrojar todas las almas a la condenación eterna.
Aparecí en Fátima para comenzar Mi Gran Batalla Final contra el maligno y sus seguidores, sirviéndome como 'pequeños niños' y 'almas simples' llenas de fe, amor y obediencia a Mi Voz Materna.
Aparecí en Fátima para revelar al mundo 'todos los pasos' que el maligno daría, y por lo tanto también 'todos los pasos' que Mis amados hijos deberían dar también, para luchar contra él y sus bandas infernales, para que tantas almas como sea posible pudieran ser salvadas.
Aparecí en Fátima, para desgarrar la densa oscuridad de la humanidad con Mi Luz, más intensa y más poderosa que la del sol, y envolver todas las almas en esta Luz, transformándolas así en 'fars de Amor y Gracia', en medio de un mundo, ya más oscuro que el brea, y totalmente ennegrecido por el pecado.
He aparecido en Fátima para revelar al mundo que mi Inmaculado Corazón es el Único Camino Seguro y Firme que te introducirá a Dios, en el Cielo, y que en este Corazón Materno, deseo encerraros a todos, mis hijos, tan acosados por mi adversario, tan heridos y llagados por el pecado y la miseria, para sanar vuestras heridas, limpiar vuestras almas, fortaleceros a todos, para presentaros de nuevo en mis brazos a Dios.
Aparecí en Fátima, para revelarles las profecías del Apocalipsis, que ya están viviendo, y para llevar a cabo la Gran Batalla entre Yo, la Mujer Vestida de Sol, y el Dragón Rojo y sus confederados infernales, que pronto alcanzará su ápice total, culminando con la aniquilación final y eterna del Gran Dragón, Satanás, y con el Triunfo Final de Mi Inmaculado Corazón sobre todo el universo.
Aparecí en Fátima para revelar una vez más cuánto amo la Oración del Santo Rosario, hoy tan olvidada y despreciada, qué poderosa es esta Mi Oración y cómo puede cambiar incluso las situaciones trágicas del mundo, generando así una 'nueva fuente de Gracia y Salvación' para el mundo.
Aparecí en Fátima para revelar cuán grande es el poder del sacrificio y la penitencia, y cuán efectivos son estos dos medios para liberar las almas del purgatorio, para convertir a los pecadores, y para salvar almas, incluso las más irreductibles, antes de que el último vínculo que las une al cuerpo mortal se rompa, a través de un acto de sincero arrepentimiento y contrición por sus pecados, liberándolas así del fuego que nunca se apaga.
Aparecí en Fátima, para dejar después de Mí tres Santos, tres 'almas de puro fuego', fusionadas a Mi Inmaculado Corazón en Mi Fuego de Amor, para que el mundo, además de encontrar en ellos protección y amor, también encuentre 'tres flechas ardientes' que muestren el camino a Mi Inmaculado Corazón, Puerta del Cielo siempre abierta. Y para que todos vean que, así como pudieron alcanzarme a través de la obediencia a Mis Mensajes, todas las buenas almas que obedezcan Mis Mensajes también alcanzarán Mi Corazón, que las introducirá, a su vez, en el 'Corazón' de la Santísima Trinidad.
Hijo mío, Jacinta y Francisco continuarán acompañándole y protegiéndole siempre. Y también acompañarán y protegerán a todos Mis hijos peregrinos que vengan aquí también.
Así, hoy, cuando han pasado ochenta y cinco años desde Mi Primera Aparición a Mis pequeños Pastores Lucía, Francisco y Jacinta, los bendigo a todos con Mi Paz Materna desde la Cova da Iria de Fátima y desde Mi Santuario en Jacareí".
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