domingo, 23 de septiembre de 2007

Mensaje de San José

Queridos hijos, tengan más amor por el Sagrado Escapulario Gris de la Paz.

Quien desprecie el Escapulario Gris, despreciará el Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María y mi Corazón más Amoroso que están estampados en él.

El Escapulario Gris salió de las profundidades de Nuestros Tres Sagrados Corazones y fue dado a ustedes y entregado por la Bienaventurada Virgen.

Este Tesoro más Precioso no es amado como debería ser.

Este tesoro más precioso no es apreciado como debería ser.

Es como un pararrayos. La persona que lo usa no será alcanzada por los rayos de la ira de Dios, por los castigos de Dios.

A través de él, se puede obtener la paz del corazón, la paz del espíritu, la liberación de la posesión diabólica, la curación incluso de algunas enfermedades corporales.

A través de este Rosario, este Rosario Meditado que mi hijo Marcos hace, se les conceden grandes gracias. Cuando se reza, el Espíritu Santo desciende sobre ustedes. Él es atraído a los lugares donde se reza este Rosario Meditado.

Los demonios huyen de la casa donde se reza y donde se escucha su sonido.

El demonio no permanecerá cerca de las personas que visten el Escapulario Gris de la Paz.

Dondequiera que esté este Escapulario, los Ángeles siempre estarán presentes rodeando y circulando a esta persona con sus alas para defenderla del mal.

Si se coloca en una plantación de plagas, esta plantación estará libre de las plagas y volverá a producir.

Si se cuelga en la pared de una casa, en esa casa, el mal no entrará.

Pero recuerden: el Sagrado Rosario Meditado debe rezarse junto con el Escapulario Gris.

Esta es Nuestra voluntad para ustedes.

Sean santos. Sean tan santos como lo es María Inmaculada. ¡Sean tan santos como lo es Dios!

Busquen todos los días fortalecerse más con la oración, la meditación, la lectura espiritual, la súplica, las novenas, los cantos y el silencio.

¡Mortifiquen su voluntad!! Renuncien a su propia voluntad para hacer la de Dios.

Y especialmente cuando noten sus defectos, deben deplorarlos, pero no deben deportarlos con el diablo, pues allí reside una tentación peligrosa.

Entreguen sus corazones en las manos de Dios pidiendo la gracia de ser mejores y no pierdan el tiempo tratando de averiguar por qué pecan, por qué tienen tal o tal miseria.

Porque entrarán en un torbellino que los conducirá a la desesperación y caerán en la peligrosa tentación de Mi enemigo. Poco después de reconocer sus miserias y llorarlas, deben levantar los ojos hacia Mí y entregarse de nuevo, totalmente a Mí para que sea Yo quien los lleve en Mi regazo y los lleve por el camino de la santidad.

Les doy paz. Les doy Mi bendición. ¡Paz Marcos, mi hijo favorito!"