martes, 25 de septiembre de 2007

Mensaje de San José

Queridos hijos, el tiempo pasa y los hombres no cambian. El tiempo pasa y los corazones no cambian. El tiempo pasa y los brasileños permanecen en desobediencia a Nuestros Mensajes. Continúan prefiriendo criaturas al amor de Nuestros Tres Sagrados Corazones Unidos. Nuestros Corazones están llenos de ingratitud... no hay nadie que nos consuele... no hay nadie que luche por Nosotros hasta el final... no hay almas generosas... no hay almas que quieran entregarse completamente a Nosotros sin buscarse a sí mismos o sus intereses en Nosotros... consuélanos con vuestras oraciones, sacrificios y con vuestro cambio de comportamiento y actitudes. Consoladnos renovando vuestra consagración cada día y cumpliéndola con amor y dedicación. Soy como una nube celestial... nube de gracia... Así como cada gota de agua se reúne en las nubes para derramar lluvia sobre la tierra, así yo reúno en Mis manos todas las gracias del Señor para derramarlas sobre los hombres. Soy la verdadera Mediadora de todas las gracias junto con María, la Mediadora de todas las gracias. Así como el aroma del cedro ahuyenta a las serpientes, así los demonios huyen ante mi santidad. Por eso el alma que está en Mí y en la que yo estoy, el diablo no tiene poder, porque no puede soportar Mi presencia y Mi santidad lo ahuyenta y lo aniquila. El alma que está bien unida a Mí nunca será presa de los demonios, pues Me tiene, su padre, y Nosotros somos 'uno en amor', y por lo tanto Mi santidad aleja de ella todo mal y toda tentación. Soy vuestro Padre más amoroso, pero para que seáis mis verdaderos hijos, debéis crecer en vuestra vida de unión conmigo a través de la oración, meditando sobre mis mensajes, consagrándoos y dando vuestra vida a Mí, y constantemente imitando mis virtudes y con dócil y incondicional obediencia a mi voz. Los que Me aman, aman la vida eterna. Los que Me encuentran, encuentran sabiduría. Los que moran junto a Mí, vivirán eternamente. Los que comen de Mí no se cansarán ni extinguirán su fuerza, sino que vivirán para siempre y para siempre por Mí. Los que yo sostengo y a quienes soy favorable alcanzarán el final de la carrera y ganarán la corona de la victoria. Paz, Marcos, mi hijo favorito. Os doy Mi paz. Os amo. Venid. ¿Nosotros? para siempre juntos.