domingo, 5 de diciembre de 2010

Fiesta de Santa Bárbara

Mensaje de San José

Mis queridos hijos, Mi Corazón Amadísimo los bendice hoy y les da la paz nuevamente.

¡Recen más! ¡Recen profundamente! ¡Recen intensamente tratando de cumplir los Mensajes que Les hemos dado! Mi Corazón Amadísimo es su escuela de santidad, en la cual deben avanzar más cada día y crecer en la enseñanza del amor.

Caminen en el camino de la santidad de Mi Corazón Amadísimo, obedeciendo todos los Mensajes que Les he dado, haciendo todo lo que Nosotros, Nuestros Sagrados Corazones Les hemos enseñado aquí, para que cada vez más aumente su amor, se perfeccione la perfección de las virtudes santas en ustedes, y la belleza del resplandor y la perfección de la Santísima Trinidad misma se refleje perfectamente en ustedes, se manifieste perfectamente en ustedes, a todo el mundo.

Caminen por el camino de la santidad de Mi Corazón Amadísimo, caminando cada vez más en los pasos de la renuncia de ustedes mismos, de la mortificación personal, del desprecio por las vanas glorias de este mundo, para que cada vez más, viviendo una vida verdadera oculta en Dios, su alma se llene cada vez más con el Señor y haya cada vez más espacio en ella para el Espíritu Santo, para Su Amor, para Su Gracia: para morar, para actuar y para reinar en sus corazones.

Caminen por el camino y en la escuela de la santidad de Mi Corazón Amadísimo, haciendo que sus corazones se conviertan en los santos de los santos de Mi Corazón. El santuario donde crepita, arde, arde la llama de amor de Mi Corazón Amadísimo, sin que jamás se quede sin el aceite de la lámpara del santuario, es decir, sin que jamás cese de actuar en ustedes, sin que jamás vea el deseo de arder junto con la llama de Mi Corazón, de actuar junto Conmigo, de trabajar junto Conmigo por la conversión del mundo y por el establecimiento del Reino de Amor de Nuestros Corazones en todas las almas. Para que de esta manera, siendo verdaderamente mi santo de santos, mi santuario viviente, mi llama de amor pueda verdaderamente arder en ustedes sin cesar y pueda extenderse y arder en todos los corazones que encuentren hasta hacer que todo el mundo se convierta en un fuego vivo de amor.

Estoy con ustedes en todo momento y nunca los dejaré solos. ¡Recen más! ¡Mediten más! Y pongan toda su esperanza en Mi Corazón Amadísimo, en el cual ningún hijo mío jamás ha defraudado o abandonado.

A todos ustedes en este momento los bendigo generosamente y todos los objetos que están con ustedes".