viernes, 23 de noviembre de 2007

Viernes, 23 de noviembre de 2007

(St. Miguel Pro)

Jesús dijo: “Mi gente, apenas han terminado de celebrar el Día de Acción de Gracias y ya los compradores y comerciantes están preparando regalos para comprar para Navidad. Aprecio más a Mi gente que viene a Misa hoy que a aquellos interesados en regalos y posesiones. La atracción de las rebajas y la compra de regalos contrasta tanto con la lucha por el último artículo en oferta y la alegría de la Navidad. Al final, estos son solo posesiones materiales que no deberían controlar sus vidas. Quieren ser amables con sus amigos y familiares, pero no debería endeudarlos tanto comprando demasiado. Muchos de sus hijos están demasiado mimados con regalos caros. Estarían mejor con solo unos pocos regalos y dejarlos compartir con otros en sus árboles de donaciones. Cuando ayudan a los pobres, estos regalos serían aún más apreciados en comida y ropa. Como han visto accidentes en la carretera, oren por el viaje seguro de sus seres queridos durante las fiestas. Coloquen un poco de agua bendita dentro de sus vehículos y mantengan algunos artículos de emergencia en ellos para el invierno. En todas sus actividades festivas, piensen en la oración por todos como el mejor regalo que podrían darles.”

Jesús dijo: “Mi gente, les he dicho que Yo soy la Resurrección y la Vida, y no pueden tener vida eterna sin Mí. Soy ese puente que se extiende sobre el abismo del infierno desde la tierra hasta el cielo. Es Mi muerte en la cruz la que pagó el precio por sus almas y les permite entrar por las puertas del cielo. Den alabanza y gracias a su Señor por Mi sacrificio por su salvación. Arrepintiéndose de sus pecados y permitiéndome ser el Maestro de sus vidas, pueden obtener su recompensa en el cielo. Todos necesitan pasar de esta vida a la siguiente vida, y la muerte es ese medio de transición. Esta vida es corta, y su misión es ayudar a preparar almas para los últimos tiempos cuando Yo derrotaré a los malvados. Volver a llevar a la gente a la Confesión y a la Comunión en la Misa dominical es la mejor ayuda que pueden proporcionar a cualquier alma para llevarla a la conversión. Salvar almas, después de todo, es la misión más importante que podrían realizar.”