lunes, 26 de abril de 2010

Lunes, 26 de abril de 2010

Lunes, 26 de abril de 2010:

Jesús dijo: “Mi gente, soy un Dios de amor y misericordia como saben, pero también soy un Dios de justicia. Saben cuánto quiero que Me amen y amen a su prójimo como a sí mismos. También deseo que obedezcan Mis Mandamientos de amor como una dirección para su vida. Todos ustedes son Mis creaciones, ya que todos tienen una misión que Yo les doy a cada uno de ustedes. No pueden cumplir su misión a menos que entreguen su voluntad completa a Mi Voluntad. Están colocados aquí en la tierra para conocerme, amarme y servirme. Ven todas las plantas y animales que están en obediencia a Mis caminos. He hecho al hombre a Mi propia Imagen en que les he dado libre albedrío para elegir amarme o no. Sé que son débiles por el pecado de Adán, pero les doy Mis sacramentos para darles fuerza contra el pecado que Me ofende. Al final de esta vida, enfrentarán Mi juicio de sus acciones. Aquellos que son fieles a Mí, no tienen nada que temer. Pueden sufrir alguna purificación con fuego en el purgatorio, pero un día estarán conmigo en la gloria del cielo. Aquellos que se niegan a amarme y se niegan a obedecer Mis Mandamientos, están invocando Mi justicia y estas almas podrían sufrir las llamas del infierno por toda la eternidad. Estas almas nunca volverán a ver Mi rostro, y sus tormentos nunca terminarán. Al ver estas almas sufriendo en las llamas del infierno, que esto sea una lección para ustedes para que sean guiados a salvar tantas almas como sea posible de este destino. Oren por todos los pecadores y todas las almas que sufren en el purgatorio.”

Jesús dijo: “Mi gente, pueden pedirle a cualquiera de Mis santos que sea un intercesor para las intenciones de su familia. Escucho todas sus oraciones a través de cualquier intercesor que elijan. Muchas veces hay enfermedades graves en su familia, y pueden acudir a Mí y a Mis intercesores para la curación. Incluso podrían orar por sus propias molestias para que sean curadas. Algunas curaciones requieren más oraciones que otras. Cuando oran por una curación, oren tanto por una conversión espiritual como por una curación física. Donde se requiere una conversión espiritual, es más difícil cambiar el libre albedrío de alguien. Saben que Yo no obligo a nadie a nada en su libre albedrío. Para que las personas se conviertan, debe ser su propia elección amar Me verdaderamente. Por eso necesitan seguir orando por sus parientes para que Mi Preciosísima Sangre pueda ser derramada sobre ellos para cambiar sus corazones para que puedan estar predispuestos a Mi amor. Por su oración persistente, su familia puede ser salvada.”