viernes, 1 de abril de 2011

Viernes, 1 de abril de 2011

Viernes, 1 de abril de 2011:

Jesús dijo: “Mi gente, en esta visión les estoy mostrando cómo algunas personas adoran las cosas de este mundo como deportes, oro y personas famosas como sus ‘dioses’ en lugar de a Mí. Cuando hacen que cualquier otra cosa sea más importante que Yo, entonces han hecho de esa cosa su ‘dios’ y están pecando por idolatría. Si pasan todo o la mayor parte de su tiempo en cosas y preocupaciones del mundo, entonces no me están dando suficiente tiempo en oración para reconocer su amor por Mí. No les obligo a amarme, pero aquellos que se niegan a aceptarme en sus vidas podrían enfrentarse a las consecuencias de ser juzgados al infierno por su rechazo a Mí, o por ignorarme. Los amo tanto a todos que morí por ustedes. Amar a su Creador y darme las gracias por todo lo que les he dado, debería ser su mínima respuesta. Aquellos que realmente me aman, pueden mostrarlo en sus acciones como en la oración y las buenas obras para su prójimo. Su sacerdote hizo una buena sugerencia incluso para recordar amarse a sí mismos porque están hechos a Mi imagen y semejanza. Me aman más que nada, pero sin saber cómo amarse a sí mismos, es cierto que será difícil amar a su prójimo. Se aman no por orgullo, sino porque son una de Mis creaciones y dignos de amor. Así como aman su cuerpo y alma a pesar de sus imperfecciones, así deben amar a todos los demás de la misma manera a pesar de sus imperfecciones. Al amar a su prójimo como se aman a sí mismos, entonces estarán obedeciendo la segunda parte de Mi gran mandamiento.”

Jesús dijo: “Mi gente, cuando se toman tiempo para adorar Mi Santísimo Sacramento, dan honor y gloria a su Señor. Es Mi gran regalo para ustedes que Me he dejado presente en todos los tabernáculos del mundo. Puede que tengan algunas iglesias que estén abiertas la mayor parte del tiempo, para que puedan venir a visitarme en tranquila contemplación. Recuerden dejar de cinco a diez minutos para la oración contemplativa para que pueda hablar con la quietud de su corazón y alma. Al escuchar Mi Palabra, puedo darles la dirección y el discernimiento adecuados para las muchas elecciones que hacen todos los días. Déjenme guiarlos por el camino correcto hacia el cielo, y estén abiertos en su corazón a hacer lo que les pido en su misión. A veces los llamo a hacer cosas con las que puede que no estén cómodos, pero muchas veces este salto de fe les traerá más gracias que sus propios planes. Estén listos para compartir su fe con todos.”