Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

sábado, 3 de febrero de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

 

Era sábado. Antes de que hubiéramos comenzado la recitación del rosario, la Virgen habló inesperadamente a mi madre, cuando ella estaba sola en su habitación. Mi madre inmediatamente me llamó y me pidió que transmitiera al pueblo el mensaje que la Virgen le había comunicado:

Queridos pequeños, entreguen todos sus problemas a Dios. Les digo a todos: confíen solo en Dios, en Dios mis hijos, y todo se resolverá. No pierdan la fe. Les pido que tengan gran fe. Eso es todo por ahora. Los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Amén. Amén!

Durante los días siguientes fuimos muy atacados por el enemigo que quería destruirnos y engañarnos imitando a la Virgen como si fuera ella. Pero sabíamos que no era ella. Estaba usando todos sus esfuerzos para destruir a mi familia, queriendo desmoralizarnos para que pasáramos por mentirosos para que nadie creyera en las apariciones de la Virgen.

Mi madre a menudo pasaba noches sin dormir porque el diablo no la dejaba dormir. Esto me angustiaba mucho. Yo podía salir fácilmente de sus trampas, pero mi madre estaba muy cansada y desanimada porque él no la dejaba sola ni un minuto. El demonio seguía hablando palabras falsas, feas, insultantes contra ella todo el tiempo y se burlaba de ella todo el tiempo diciendo que iba a destruirla, amenazándola. Fue uno de los ataques más grandes que hemos sufrido. No sé si habrá otros, pero fueron días de grandes pruebas.

Durante estos días de pruebas no vi a la Virgen y esto aumentó mi dolor más, porque no tenía respuestas. Pero siempre recordaba sus palabras y el sí que habíamos dado a Dios y pensé: que todo se haga según tu voluntad y no la nuestra. Este Dios y la Virgen nos permitieron pasar para enseñarnos y comprender cada vez más nuestro don y la gracia que hemos recibido y esforzarnos cada vez más por la salvación de las almas.

Sabía que todo lo que estaba sucediendo era para que la obra de Dios se cumpliera como él quería y ofrecí todo a Dios y consolé a mi madre diciéndole que confiara y ofreciera todo a él también. Recuerdo que mi madre estaba casi a punto de no querer ver u oír nada más, pero la animé a no rendirse y no darle una tregua al diablo. Solo Dios y la Virgen pueden entender lo que pasamos. A pesar de todo esto ella estaba segura de que Jesús y Nuestra Señora nunca nos abandonaron.

El diablo quería que pensáramos lo contrario y si nos estaba atacando de esta manera y actuando con toda su fuerza era una señal de que esta obra de la Virgen, con sus apariciones a nosotros, traerá su derrota aquí en el Amazonas y dará mayor gloria a Dios Nuestro Señor. Estas pruebas duraron desde el 3 hasta el 17 de febrero de 1996.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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