sábado, 6 de abril de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Mis queridos hijos, mi amor como Madre me impulsa a venir a este lugar para derramar la abundancia de mis gracias celestiales. ¡Cuánta alegría siente mi Inmaculado Corazón con vuestra presencia aquí en este grupo de oración! Gracias por venir.

Soy la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, la Bienaventurada Virgen María y vuestra Madre Celestial. Orad, queridos hijos, orad conmigo este Santo Sábado. Permaneced conmigo en vigilia de oración para que todos vosotros podáis levantaros juntos con mi divino Hijo Jesús para la eternidad. Jesús está en el cielo con su cuerpo glorioso y toda su divinidad, y espera que cada uno de vosotros se una en comunión con Él, para que cada uno de vosotros pueda levantarse del hombre viejo al hombre nuevo en comunión con Dios. Renunciad al pecado y dejad todo lo que no es bueno en el pasado. Pensad en el presente, queridos hijos, y entrad en íntima unión con mi divino Hijo.

Yo, la Madre de Dios y la Virgen Dolorosa, os bendigo, y este sábado, que está consagrado a mí y a mi Inmaculado Corazón, derramo gracias y más gracias. Entrad en mi Inmaculado Corazón, solo entonces podéis resucitar verdaderamente con Cristo. Os exhorto a rezar el santo rosario. Orad, orad, orad: esta es mi petición. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!