domingo, 9 de junio de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

La paz esté con todos ustedes, mis amados hijos!

Queridos hijos, oren con el corazón. Soy la Bienaventurada Virgen María, la Madre de Dios y su Madre. Por tanto tiempo he estado con ustedes, invitándolos a la conversión, pero muchos de ustedes aún no escuchan mis llamados. Escúchenme mis hijos, escúchenme. Tengo muchas gracias para derramar sobre todos ustedes. ¡Oh, cuánto los amo!

Sean míos y de mi Hijo Jesús. Los amamos con todo nuestro corazón. Los bendecimos y los instamos a vivir todo lo que ya les hemos dicho. Vivan nuestros mensajes de conversión. Son muy importantes y son muy serios. Conviértanse. Siempre oren el Santo Rosario. El rosario es lo que salvará al mundo del pecado. A través de la oración del rosario, el Señor, mi amado Hijo Jesucristo, les concederá muchas gracias. Deseo bendecir a todos ustedes, a todos mis hijos que (*) están pasando por la cruz de la enfermedad. Ofrezcan al Señor todas sus aflicciones, pues solo Él los ayudará. No se desanimen, sino cuenten con mi Jesús, pues Él los ama. También quiero decirles: oren más, oren más, oren más.

Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

(*) Nuestra Señora vino a consolarnos en nuestros dolores y aflicciones, por eso nos dice en el mensaje que vino a bendecir a todos los enfermos, ya sean del alma o del cuerpo. De hecho, cuántos son los que sufren en el alma pero que luego en el cuerpo. Todos necesitan las gracias y bendiciones de la Virgen, pues ella es nuestra verdadera Madre.