Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

viernes, 5 de marzo de 2010

Viernes, 5 de marzo de 2010

(Primer Viernes)

 

Jesús dijo: “Mi gente, en el caso de José y el mío, hubo orgullo en el deseo de matarnos, y también codicia porque José fue vendido por veinte monedas de plata, y yo fui traicionado por treinta monedas de plata. En la historia de José, sus hermanos estaban enojados porque Jacob favorecía a José con una capa de colores, y él era el menor. Querían matar a José, pero en cambio lo vendieron a los ismaelitas que lo llevaron a Egipto. Esto fue parte del plan de Dios que eventualmente, José, por su interpretación de sueños, pudo almacenar comida para la hambruna de siete años que se usó para alimentar a la familia de Jacob. Esto también condujo a la cautividad egipcia de los israelitas que Moisés más tarde los sacó a la Tierra Prometida. En mi caso, los fariseos y saduceos querían matarme tanto porque afirmé que era el Hijo de Dios, como porque los critiqué por ser hipócritas. Se sintieron amenazados de perder su posición con el pueblo, y no querían que mis enseñanzas fueran permitidas. Esta Crucifixión de Mi Cuerpo también fue parte del plan de Dios de salvación para toda la humanidad. Así que a medida que estudian las Escrituras durante la Cuaresma, vean que hubo un plan de Dios en cada acto mío y del hombre mismo.”

Jesús dijo: “Mi gente, esta visión indica que habrá más señales de próximos terremotos. La repentina migración de las aves en grandes números es una señal de que algún tipo de sonido agudo las ha asustado y las ha hecho volar. Los sonidos de interferencia de microondas que son silenciosos para sus oídos es otra razón para mostrar evidencia de que un buen número de sus desastres naturales podrían ser causados por el hombre. La estrecha proximidad en el tiempo entre los últimos terremotos dañinos también podría ser una señal de que más desastres pueden estar a punto de ocurrir. Hubo un tsunami de tamaño considerable que destruyó una ciudad en Chile. Tengan cuidado con los grandes terremotos que podrían desencadenar grandes tsunamis a lo largo del borde del Pacífico donde ocurren la mayoría de los terremotos. Continúen preparándose para estos tsunamis viviendo en terrenos altos. Oren por las personas que están sufriendo por la destrucción de los terremotos, y envíenles donaciones cuando puedan.”

Origen: ➥ www.johnleary.com

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