Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU
sábado, 6 de marzo de 2010
Sábado, 6 de marzo de 2010

Jesús dijo: “Mi gente, la parábola del Hijo Pródigo es una enseñanza muy oportuna para la Cuaresma. El sacramento de la Reconciliación o Confesión es Mi regalo de perdón para todos los pecadores porque todos son pecadores por su estado debilitado. Algunos no quieren admitir sus faltas. Cuando un pecador se arrepiente, hay júbilo en el cielo, tal como el padre celebró el regreso de su hijo. No son dignos de Mi perdón por su cuenta, pero es Mi sacrificio de Sangre el que ha pagado el precio por sus ofensas. Les doy la bienvenida a los pecadores con los brazos abiertos, tal como el padre le dio la bienvenida a su hijo de vuelta. Al observar la respuesta del hijo justo, no sean críticos ni envidiosos de Mi generosidad hacia los pecadores. Algunos pueden ser perdonados por ofensas menores, pero aún así sean agradecidos, y no piensen que no pecan en absoluto. Aquellos que dicen que no hacen nada malo, son o bien orgullosos, o no son verdaderamente honestos acerca de sus acciones. Tengo mucho más amor por los pecadores que se arrepienten que por las personas tibias que piensan que no necesitan Mi perdón. Oren por todos los pecadores para que regresen a su Señor para recibir perdón, y sean indulgentes con los demás por cualquier ofensa contra ustedes.”
Jesús dijo: “Mi gente, quiero mostrarles cómo siempre estuvieron siendo vigilados por Mí a lo largo de toda su vida. Ustedes a su vez ayudan a otros también. En sus primeros años son guiados y enseñados la fe por sus padres o un familiar fuerte en la fe. Durante sus veinte años tienen muchas decisiones que tomar que pueden ser guiadas por Mí en oración. Este es el momento en que eligen su educación y qué tipo de oficio o profesión que quieren para sus años de trabajo. En ese tiempo también pueden elegir su vocación en la vida, ya sea soltero, casado o en la vida religiosa. Para todas estas grandes decisiones, recuerden orar a Mí para discernimiento. Si eligen la vida matrimonial, es un logro encontrar a una mujer o hombre que pueda llevarlos mejor al cielo. En la mayoría de los casos, luego ayudan a criar a sus hijos en la fe e incluso vigilan sus almas cuando salen de casa. Incluso pueden tener la oportunidad de ayudar a sus nietos a mantener la fe. Oren por la salvación de todas las almas en su familia y sean un buen ejemplo para ellos. También pueden tener que ayudar a sus padres en su vejez, y podrían ser un buen ejemplo de fe para ellos también. A lo largo de cada etapa de su vida, estoy guiando sus pasos si están abiertos a Mi ayuda. Entonces, cuando los llame a casa, pueden decir cómo han luchado la buena batalla contra el mal y han llevado almas al cielo. Yo diré: ‘Bien hecho, Mi buen y fiel siervo, entra en la casa de tu Maestro donde he preparado un lugar para ti en Mi banquete de bodas en el cielo.’”
Origen: ➥ www.johnleary.com
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