Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
miércoles, 12 de octubre de 2016
Segunda Aparición de este Día

(Sagrado Corazón de Jesús): Hijos míos, yo, Jesús, vuestro Dios, vengo hoy, en la fiesta de mi Madre, para deciros: Bendito el hombre que ama a María, mi Madre.
Bienaventurado el hombre que ha hecho de María, mi Madre, su todo.
Bienaventurado el hombre que tiene en María, mi Madre preciosa, su tesoro.
Bienaventurado el hombre que sufre por mi Madre María injusticias, calumnias, persecuciones, porque a él le daré el Reino de los Cielos.
Bienaventurado el hombre que seca las lágrimas de María, Mi Madre con sus oraciones, sacrificios, con su amor. Porque en verdad os digo que secaré sus lágrimas por toda la eternidad y no permitiré que vaya llorando y crujiendo los dientes para siempre en las llamas eternas.
Bendito sea el hombre que desenvaine las espadas del dolor que el mundo aferra al corazón de mi Madre. Porque en verdad os digo que, a la hora de su muerte, no permitiré que los demonios conduzcan sus dardos ardientes desde el infierno y no permitiré que lo lleven a las llamas eternas. Al contrario, vendré a él con mi madre y me lo llevaré conmigo al cielo, donde disfrutará para siempre de las delicias eternas junto a mí y a mi madre.
Bienaventurado aquel que, por amor a mi Madre, acepta pacientemente perderlo todo, todo según el mundo, por amor a mi Madre. Porque en verdad os digo que a éste le daré todo y cien veces más en el Reino de los Cielos.
Bienaventurado el hombre que da toda su vida a Mi Madre, que se consagra a Ella, que la ama con todo su corazón como Yo la he amado e imita Mi ejemplo de amor y obediencia a Mi Madre. Porque a este hombre le llamaré verdaderamente Mi hermano ante Mi Padre, le reconoceré ante Mis Ángeles, le declararé verdadero hijo de Mi Madre y hermano Mío.
Y entonces el Padre, el Espíritu Santo y Yo le abrazaremos y le daremos la corona de la vida eterna y le recibiremos para siempre en Nuestro Hogar Celestial.
Bienaventurado el hombre que de verdad dedica toda su vida a María, como hizo Nuestro amado Marcos. Porque él es todo de Mi Madre y Mi Madre es toda Suya, y así como Mi Madre es toda Suya, Yo, que soy el fruto bendito de Su vientre, soy también toda Suya y Él es todo Mío.
En verdad os digo, que quien se entregue totalmente a María como nuestro amado Marcos, a éste también me entregaré totalmente junto con mi Madre. Le daré todo Nuestro Amor, todas Nuestras Gracias, todas Nuestras Bendiciones y a Él le revelaremos los secretos de Nuestros Corazones, que sólo revelamos a Nuestros amigos más íntimos, a Nuestros hijos que verdadera y totalmente se entregan y se entregan a Nos.
Bienaventurado el hombre que habla verdaderamente de Mi Madre, difunde la devoción al Rosario de Mi Madre, difunde las glorias, las prerrogativas de Mi Madre, los Mensajes de Mi Madre, porque al que se declara por Mi Madre ante los hombres, Yo también Me declararé por él ante Mi Padre, los Ángeles y los Santos del Cielo.
Bienaventurado el hombre que llora por Mi Madre, por ver a Mi Madre sufriendo por tantos pecados del mundo, por tantos hijos ingratos que no la aman, que no la obedecen. Incluso después de ver Sus Señales, de recibir Sus Gracias y de oír Sus lamentos.
Porque al que llora por Mi Madre, Yo también le secaré las lágrimas, Yo también vendré a él en el momento de su muerte, Yo también le secaré las lágrimas. Y ante mi Padre celestial pediré por él, lloraré por él y suplicaré por él, diciendo: Padre, no separes de mí al amado hermano, que en la tierra se ha compadecido tanto de los dolores de mi madre. Yo le amo, dame al hermano amado que se compadeció de mi madre y tanto consoló a mi madre.
Y te digo que el Padre me lo dará y juntos seremos felices para siempre y secaré tus lágrimas por toda la eternidad en la casa de mi Padre en el cielo.
Hoy en el día en que celebráis a mi Madre como Reina de vuestra Patria os digo: Volved a mi Madre y yo también os devolveré mis gracias, milagros y maravillas.
Volved a mi Madre y os devolveré mi Santo Rostro. Volved vuestros corazones a mi Madre y os devolveré mi Sagrado Corazón.
Volved vuestra mirada a mi Madre y Yo volveré mi mirada misericordiosa hacia vosotros y hacia Brasil. Quien vuelva su corazón a Mi Madre, su mirada a Ella se volverá hacia Mí y Yo también volveré mi Rostro benévolo y amoroso para perdonarle, amarle y salvarle.
Sí, cuando Brasil vuelva definitivamente a Mi Madre, al Corazón de Mi Madre. Entonces mi Sagrado Corazón derramará sobre esta Tierra que tanto amo las poderosas gracias de mi Llama Divina de Amor. Y esta llama actuará tan poderosamente en Brasil que lo transformará verdaderamente en un gran horno de Amor.
Os amo tanto, que no quiero vuestra condena, por eso os digo: Dame tu corazón a través de mi Madre y yo también te daré el mío. Soy y seré siempre devoto de mi Madre, como dijo mi Maximiliano María Kolbe.
Y vosotros, si queréis ser Mis verdaderos discípulos, debéis ser también hijos devotos y obedientes de Mi Madre.
Aprended de mí que se da más gloria al Padre Eterno amando y obedeciendo a mi Madre, realizando los mayores milagros y prodigios públicos y predicando por todo el mundo para encantar e impresionar a las multitudes.
Es verdaderamente necesario anunciar en todas partes: Que es porque Mi Madre no es amada, por lo que Yo no soy amado. Haz que Mi Madre sea amada y entonces las almas sentirán la necesidad de amar al fruto bendito de Su vientre, que soy Yo.
Os amo tanto y Aquí en este Lugar Sagrado donde hoy os he hecho ver de nuevo el signo del Sol a través de Mi poder, para confirmaros que Yo y Mi Madre estamos Aquí. Que fuimos Nosotras las que os elegimos, las que os llamamos con amor, las que os separamos del mundo con amor y las que os sacamos a todos de este mundo donde seguramente os perderíais y os condenaríais.
Aquí, hoy una vez más con amor bendigo a Paray-Le-Monial, Dozule y Jacareí».
Mensaje del Sagrado Corazón de Jesús a Carlos Tadeo padre del vidente Marcos Tadeo
«Amado hijo Carlos Tadeo, este Mensaje es sólo para ti.
Mi Sagrado Corazón te amaba incluso antes de que nacieras. Sí, te vi allí en el Ab Eterno con mi Padre, con el Espíritu Santo. Y he decretado con el Padre y el Espíritu crearte para que seas un regalo Mío a mi amada Madre.
Por eso te creé con mucho amor, te cuidé en tu creación para que verdaderamente en tu corazón pudieras acoger a Mi Madre, hacer en tu corazón un hermoso palacio de amor para Mi Madre. Y verdaderamente en tu corazón encontrarte con mi Madre y en mi Madre atraer todas las gracias, todas las bendiciones de mi Sagrado Corazón.
Te crié con gran amor y bondad para que en ti, hijo mío, pueda realizar las maravillas de mi Gracia junto a mi Madre. Sí, tejí amorosamente cada célula, cada miembro de tu cuerpo para que verdaderamente pudieras ser la obra maravillosa de mi Sagrado Corazón y del Corazón de mi Madre.
No puedes imaginar cuánto te amé en el Huerto de los Olivos cuando agonicé y ablandé la sangre por el pensamiento de las almas que, incluso después de mi muerte, no gozarían de los beneficios de mi Pasión, de los frutos de mi Redención.
Lo que Me consolaba era el pensamiento de mi amado hijo Marcos y el pensamiento de vosotros. Sí, verdaderamente en aquellas horas en que agonizaba y sudaba sangre allí, casi no tenía otro consuelo que el conocimiento de tu futuro amor por mi Madre y por mí, el conocimiento de las grandes obras de amor que harías por ella y por mí, junto con nuestro amado Marcos.
Y este pensamiento me consoló a Mí y a Mi Madre, que en el Cenáculo también tragó sangre y agonizó al mismo tiempo que Yo, tú fuiste junto con Nuestro amadísimo Marcos una gota de miel en el amargo cáliz que Nosotras en aquel momento bebimos y bebimos hasta el final.
Así pues, hijo, alégrate, regocíjate y sigue precisamente en esto: consuelo para el corazón de mi Madre, consuelo para mi Corazón que aún hoy sufre y está herido por cada pecado de cada hombre.
En tu vida, en tus oraciones, en tu amor a mi Madre y a mí encuentro todas las delicias de mi Sagrado Corazón.
Continúa amando al hijo que te he dado, que es también Mío, que es de Mi Madre. Te hemos dado el tesoro más querido, más precioso de Nuestros Corazones. Amadle y estaréis unidos a Mí y a Mi Madre, amad vuestra alma y vuestro corazón cada vez más con él, para que verdaderamente juntos vuestros corazones latan con el Mío y con el Corazón de Nuestra Madre.
Y así, Nuestros Corazones en un solo acuerdo de Amor producirán verdaderamente la efusión de Mi Espíritu Santo en el Segundo Pentecostés Mundial y también la efusión mundial de Mi Llama de Amor, la Llama de Amor de Mi Madre en todos los corazones produciendo el Triunfo de Nuestros Corazones.
Ve, Hijo Mío, continúa siendo el consuelo de Mi Corazón. Continúa siendo el consuelo de Mi Corazón de Madre, pues Yo te transformaré como transformé a Mi pequeño hijo Marcos en el deleite de Nuestros Corazones.
A ti ahora te bendigo especial y generosamente».
(María Santísima): «Queridos hijos míos, hoy que me celebráis aquí como Reina de Brasil, vengo de nuevo a deciros: Soy la Reina de la Tierra de la Santa Cruz, Brasil, y por eso triunfaré en esta Tierra, transformándola de pantano de pecado en jardín de belleza, de gracia, de santidad y de amor.
Yo soy la Reina de la Tierra de Santa Cruz y por eso haré que Mi Llama de Amor haga aquí maravillas maravillosas, para conducir a Mis hijos a la verdadera conversión del corazón que lleva a la salvación.
Desde aquí, desde Jacareí que es Mi segundo cielo, que es Mi jardín terrenal, que es Mi jardín de delicias, Mi paraíso de descanso y Mi refugio maternal de amor.
Yo soy la Reina de la Tierra de la Santa Cruz y desde aquí, en Jacareí, haré que Mi luz mística ensombrezca a satanás, ciegue a satanás, destruya tu plan diabólico de pecado, de maldad, de violencia y de desamor.
Desde aquí haré realmente que la luz de mi Corazón Inmaculado reduzca a la nada todas las obras que satanás ha levantado orgullosamente y devolveré finalmente a mi hijo Jesús, al Padre, a Brasil y al mundo entero que me pertenecen.
Sí, hace 300 años comencé las obras de salvación en Brasil. Y aquí los terminaré gloriosamente en la palabra, en la obra y en la persona de Mi hijo Marcos emanaré tanta luz, emanaré tanto el resplandor de Mi gloria. Irradiaré tanto y tan poderosamente mi Llama de Amor que realmente haré que los corazones ardan como un horno incandescente de amor a Dios y a Mí.
Y así, como las serpientes huyen del calor del fuego, los demonios serán expulsados y huirán finalmente de Brasil. Porque verdaderamente Aquí tendré almas ardiendo con Mi Llama de Amor contra la que Satanás no puede hacer nada.
Soy la Reina de la Tierra de Santa Cruz y hoy os repito solemnemente lo que hace algún tiempo, en el mismo día de hoy Aquí os dije y os prometí: Por el trabajo, por la fidelidad, por la obediencia, por el amor, por los méritos de los Rosarios, de las películas, de Mis Apariciones, de todas las Horas Santas y de todo lo que Mi hijito Marcos hizo y hace por amor a Mí. Yo salvaré a Brasil, destruiré aquí el imperio diabólico de Satanás, libraré a Brasil de todos los males y peligros y transformaré a Brasil en el jardín de Mi Corazón Inmaculado.
Este Milagro ya ha comenzado a suceder este año ante vuestros ojos y Yo seguiré salvando verdaderamente la Tierra de la Santa Cruz que Me pertenece y que un día será llamada también la Tierra de Santa María.
A todos os pido que sigáis rezando cada día Mi Rosario y todas las oraciones que os he dado.
A vosotros hijitos que rezáis Mi Rosario, que hacéis Mis Cenáculos por todas partes, difundiendo Mis Mensajes hoy, os doy Mi Bendición e Indulgencia también a todos los apóstoles de Mi Corazón.
Y a ti mi hijo muy amado Carlos Tadeo, que has traído tanto consuelo, alegría y gozo a mi Corazón, hoy en el día de mi Fiesta con su presencia aquí. A ti te doy ahora mi bendición en abundancia.
No sufras por las injusticias que te han hecho, porque como te he dicho no estoy ciego, lo veo todo, lo sé todo y ya he abogado por tu causa en el cielo. La justicia llegará y todos verán, no sólo la belleza de tu inocencia, sino también la grandeza de tu fe.
Por eso, hijo, permanece en Mí, permanece en el Amor y Yo permaneceré siempre en ti. Las señales que te he dado últimamente son para consolarte, para animarte y para mostrarte que verdaderamente he cumplido Mi Palabra.
Estoy vivo junto a vosotros, acompañándoos a todas partes, derramando sobre vosotros mis gracias, mis rayos de luz, mis gracias de amor.
Continúa cuidando y amando a Mi tesoro, Nuestro hijo, Mío y tuyo. Porque es verdaderamente el mayor regalo de mi Corazón para ti y el signo pleno y completo de cuánto te amo, de cuánto confío en ti y de cuánto he depositado en ti todo mi amor, toda mi esperanza.
A ti y a todos mis hijos bendigo ahora con Amor de Fátima, de Aparecida y de Jacareí.
(María Santísima): «Cada día te amamos más. Buenas noches hijos míos. Id en la Paz del Señor».
Orígenes:
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