Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
martes, 29 de noviembre de 2005
En vuestros corazones brilla el esplendor de la divina dignidad. No importa la apariencia exterior, sino lo que sí importa es solo vuestro corazón. No habéis recibido el don de la fe para vosotros mismos. Sois responsables de aquellos que no quieren creer y no pueden creer. Vuestra única tarea será salvar almas. Encended en vuestros corazones el anhelo de acercaros cada vez más a nuestro Salvador. También quiero anunciaros que ha amanecido el tiempo, los últimos tiempos. Usad este tiempo, Mi tiempo. Vendré yo, vuestra mamá, para guiaros hacia Mi Hijo.
Fuentes:
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