domingo, 5 de julio de 2009

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Tridentina Sacrificial en la capilla de la casa en Göttingen a través de Su instrumento e hija Anne.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Durante la Santa Misa Sacrificial, los ángeles entraron desde fuera y se reunieron arrodillados alrededor del tabernáculo y el altar.

El Padre Celestial habla: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora a través de Mi instrumento obediente, humilde y voluntario, e hija Anne, que está en Mi Voluntad. Mis amados, Mi rebaño elegido, Mis pequeños, hasta ahora han cumplido la voluntad del Padre Celestial, es decir, Mi plan. Están involucrados en este plan y han perseverado hasta ahora. Me gustaría decir y pedirles que perseveren! Es un momento difícil para ustedes porque el Santo Padre ya no sigue los pasos de Mi Divino Hijo. Ya no le obedece. Se le mantiene alejado de poderes malignos y se ha asustado para que no tenga el coraje de seguirle. Todo se ha vuelto demasiado difícil para Él para dirigir a Esta Única, Santa, Católica y Apostólica Iglesia en todo el mundo. Él solo tiene la responsabilidad, porque se la he dado en Mi Hijo. La infalibilidad del Santo Padre es importante en el presente y en el tiempo presente.

Mis amados, les pido que oren mucho por los sacerdotes y especialmente por este Santo Padre al que he elegido. Él no se ha elegido a sí mismo. Yo lo he elegido y nombrado. Por lo tanto, es muy difícil para mí, el Padre Celestial, si él no sigue Mi plan. Se han enviado muchos mensajes para que pueda cumplir Mi voluntad en su totalidad. Él no siguió estos mensajes.

Mi pequeño, sacrifiquen de nuevo por los sacerdotes su sufrimiento que ha comenzado. Sean valientes y corajosos y siempre acudan a su Padre Celestial, que estará con ustedes. Todo es el destino. Todo sufrimiento está permitido.

En la próxima semana, no vayan a Mi lugar de peregrinación, el santuario de Mi Santa Madre, en Heroldsbach, sino celebren esta noche de expiación en este espacio sagrado. Estoy con ustedes, Mis amados. Piensen en la Providencia y presten mucha atención a Mis palabras y pasos.

Los amo y siempre estoy con ustedes. Miren a su Santa Madre, qué tan cuidadosa es con ustedes. Siempre quiere implorar a los ángeles para que bajen a ustedes, especialmente al Santo Arcángel Miguel. Hoy de nuevo ha blandido su espada en todas las cuatro direcciones, y así los ha mantenido alejados de todo mal. No es algo que se da por sentado, Mis pequeños, que puedan continuar en este camino. Ya que es un camino difícil, todos los ejércitos celestiales los apoyarán. Llámenlos si parece demasiado difícil continuar en este camino. Paso a paso subirán al Calvario. Subirán al Monte Golgota para unirse allí en el sufrimiento de la cruz de Mi Hijo Jesús Cristo. Miren Su cruz. Él derramó Su sangre por todos ustedes. Pero como saben, muchos no han aceptado estas gracias. Me gustaría pedirles, sin embargo, que intercedan por todos conmigo, con el Padre Celestial, su Padre en el cielo, para que muchas almas aún puedan ser salvadas del abismo eterno.

¡Aguanten! Sean valientes y sean más fuertes en la voluntad del Padre Celestial! Son amados desde la eternidad y también protegidos. Ahora los bendigo en la Trinidad con todos los ángeles y santos, con su queridísima Santa Madre, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado y bendito sea Jesús Cristo en el Santísimo Sacramento del Altar sin fin.