martes, 1 de enero de 2008

Martes, 1 de enero de 2008

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la Vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

La Santísima Madre dice: "Alabado sea Jesús."

"Hoy, al abrirse el nuevo año ante vosotros, Mi Hijo Me permite venir a vosotros para dirigirme a todos los pueblos, a todas las naciones. Durante el año venidero, Me permitirá hacerlo en ciertas fiestas. Tanto desea Mi Hijo que el corazón del mundo sea consumido en la Llama de Mi Corazón y purificado por este medio. El Sagradísimo Corazón de Mi Hijo es una herida abierta ahora, herida por una generación que busca el placer instantáneo, verdaderamente una sociedad hedonista."

"Queridos hijos, debéis hacer del Cielo vuestro objetivo. El poder y la reputación, la apariencia y la ventaja financiera no os acompañarán en vuestro juicio; ni tampoco el título, ya sea secular o parroquial, será vuestro activo ante el Trono de Dios. Trabajad por aquello que es eterno, el Reino de Dios, la Nueva Jerusalén. Estos son la encarnación del Amor Santo."

"No seáis tan necios como para pensar que podéis negociar la paz entre vosotros mismos. Primero debéis reconciliaros con Dios. Cuando la Voluntad de Dios esté en el centro de vuestros corazones, todo estará en paz."

"Queridos hijos, no busquéis servir al dios del amor propio. Esto ha conducido a todo tipo de abominaciones a los Ojos del Padre. No tentéis más Su Justicia. Él os permitirá destruiros a vosotros mismos."

"Volved a la oración y al sacrificio, y dejad que todo esto surja de un corazón de Amor Santo. Yo, vuestra Madre, rezo e intercedo por cada uno de vosotros para que encontréis el camino de la rectitud y permanezcáis en él. Abrazad la unidad de este, Mi llamado a vosotros."

"Queridos, queridos hijos, dejad que la gracia que os doy en cada momento presente sea vuestra porción. Buscad la pequeñez, pues en el Corazón de Mi Hijo esto os hace grandes."

"Muchos eventos están por venir que agarrarán el corazón del mundo. Vosotros, Mis queridos hijos, debéis buscar la seguridad de Mi Inmaculado Corazón, que es Amor Santo. Aquí os protegeré y os daré confianza en el Divino Plan de Dios para vosotros."

"Bendeciré cada uno de vuestros esfuerzos en la santidad."