miércoles, 16 de febrero de 1994

Mensaje de Nuestra Señora

Hijo mío, ¡alaba a nuestro Señor Jesucristo!

(Marcos) "- ¡Alabado sea por siempre!"

"- Hoy estoy aquí para pedir horas de adoración a Jesús en el tabernáculo, porque casi no hay nadie más que venga a consolarlo.

¡Este es el 'Tiempo de la Eucaristía'! Quien quiera estas Gracias DE FUEGO, ¡rece a Jesús en la Eucaristía!

Aquí, te traje el Rosario de la Eucaristía. ¡Reza a Él! para estar con Jesús siempre. En respuesta, ÉL te concederá Gracias".

(Marcos) "- Querida Señora, mucho te extrañé. Cuánto te extrañé".

"Aquí estoy de nuevo, hijo mío. ¡Nunca te dejaré! no tengas miedo. Reza una oración a Jesús, que está aquí ahora sobre el Altar!"

(Marcos) "- ¿Qué oración quieres?"

"- ¡La Bendición del Santísimo Sacramento!"

(Marcos): (Así comencé:

"Bendito sea DIOS,

Bendito sea Tu Santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, verdadero DIOS y verdadero hombre.

Bendito sea el NOMBRE de Jesús.

Bendito sea Tu Sagrado Corazón.

Bendita sea Tu Preciosísima Sangre.

Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la Gran Madre de DIOS, María Santísima.

Bendita sea Tu Santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea TU Gloriosa Asunción.

Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.

Bendito sea San José, Tu Esposo Castísimo.

Bendito sea DIOS, en Sus Ángeles y en Sus Santos. Amén".

(Después de rezar esta oración que me pidió, luego añadió:)

"Adora a Mi Hijo sobre la Mesa Santa. ¡Dale tu corazón! ¡Exáltalo! ¡Glorifícalo! Él quiere ser tu Señor. ¡Sé Su servidor!"

(Marcos): (Me envió un beso con la Mano, me deseó Paz y se fue. Se quedó flotando justo encima del Altar de la Matriz. Vestía como de costumbre.

A las 10:50 p.m. la Virgen apareció de nuevo. Sostenía una Cruz marrón en Sus Manos, sin Jesús. Proclamó con una voz fuerte:)

"- ¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!"