domingo, 19 de junio de 2011

"Mensaje de Santa Juliana"-¡Queridos Hermanos! Yo, JULIANA, sierva del Señor, estoy muy feliz de estar aquí con ustedes y de poder darles Mi Mensaje.

Ustedes son las ciudades santas del Señor, y por lo tanto, siempre deben acoger al Señor que pronto regresará a ustedes con amor y por amor. Y ya deben recibir al Señor en medio de ustedes, Aquel que viene a ustedes todos los días en la oración y a través de los Mensajes que todo el Cielo da en este Lugar, para hacer morada en su corazón.

Ustedes son las ciudades santas del Señor, así que deben mantener tanto sus calles como sus casas siempre puras e inmaculadas para el Rey de Gracia y Gloria, el Señor. Para esto deben huir de todo pecado, de todo mal, y de todo aquello que pueda mancillar, manchar su alma con la mancha del pecado. Su alma es una ciudad santa para Dios y como tal, siempre debe estar pura y limpia.

Echen de su corazón, de su alma toda clase de basura, lodo e impureza que la ensucian. Desechen toda clase de apego al mundo y a las criaturas, todo amor desordenado de ustedes mismos, de los bienes materiales y las cosas de este mundo. Para que, verdaderamente, su ser más íntimo, su corazón, pueda ser una ciudad siempre pura, sin mancha y digna del Rey de Gracia, el Rey de Gloria, ¡Nuestro Dios!

Ustedes son ciudades santas, y por lo tanto, siempre deben mantener su alma perfumada, la ciudad interior de su alma perfumada con el perfume suave y fragante de todas las virtudes, cultivando cada vez más en ustedes: amor, pureza, bondad, generosidad, caridad, paciencia, fortaleza y todas aquellas virtudes que hacen su alma muy preciosa a los ojos de Dios. Que la transformen en una ciudad cuyas murallas, cuyas murallas estén hechas de verdaderas piedras preciosas místicas de las más variadas virtudes, para que el Rey de Gloria, al contemplar su belleza, se enamore de su belleza y se complazca en vivir con ustedes y en medio de ustedes.

Ustedes son ciudades santas, y por esto deben mantenerla siempre iluminada, mantener la ciudad interior de su alma siempre iluminada llena de luz. Y esta luz solo pueden mantenerla encendida dentro de ustedes a través de una vida de intensa oración, al menos tres horas de oración al día, mucha meditación sobre los Mensajes que el Cielo les da aquí, sobre la vida de los Santos, sobre Sus Meditaciones y ejemplos. Para que toda oscuridad, toda tiniebla, sea desterrada de la ciudad de su alma y pueda siempre estar iluminada con la luz de la verdad eterna, gracia, amor y la presencia del Espíritu Santo.

Si hacen esto, serán verdaderas ciudades místicas, ciudades santas para Dios y Él y la Santísima Virgen descenderán a morar dentro de ustedes, a vivir con ustedes, a unirse a ustedes y a hacerse uno en amor con ustedes.

Yo, Juliana, estoy a su lado para ayudarles a siempre ser estas ciudades santas, estas ciudades místicas para Dios y la Madre de Dios. Ayudaré a cualquiera que se vuelva a mí. Guiaré a cualquiera que se deje guiar por mí. Enseñaré a cualquiera que quiera aprender de mí. Llevaré en mis brazos a cualquiera que se deje llevar por mí. Quiero guiarlos siempre más lejos, siempre más alto en el camino del verdadero amor por Dios y la Madre de Dios!

Las Apariciones de Jacari, estas Apariciones santas y sagradas de los Sagrados Corazones Unidos, los Ángeles y Nuestros Santos Aquí, son para ustedes la gran escuela, el gran medio que Dios les da para aprender a convertirse en santos, a convertirse en ciudades santas para Dios. A convertirse en la verdadera nueva Jerusalén para el Señor, donde Él mora, vive y reina soberanamente y para siempre.

Nosotros los Santos hemos logrado en nuestras vidas convertirnos en estas ciudades santas para Dios, donde Él siempre moró y reinó con Su Madre día y noche. Podemos, queremos y sabemos cómo ayudarles también a convertirse en estas ciudades santas. ¡Así que vengan a Nosotros! Les ayudaremos! Les guiaremos! Por lo tanto, mediten sobre los Mensajes que les damos Aquí, hagan Nuestra Hora Santa de oración con perseverancia cada semana para que Siempre les guiemos en el camino de la santidad hasta que se conviertan en ciudades hermosas, santas y preciosas para el Señor.

Continúen haciendo todas las oraciones que se les han dado aquí, a difundir todos los Mensajes, apariciones y vidas de los Santos, a todas las almas que aún no conocen todo este tesoro espiritual. Para que muchas almas sean tocadas por la gracia, convertidas y finalmente salvadas por la Misericordia de Dios.

Estas Apariciones de Jacari son la última señal de Dios dada al mundo, son el último llamado, la última advertencia, para que todos se conviertan antes del Gran Aviso que vendrá pronto, que sacudirá las conciencias de cada ser humano, hará que cada uno vea todos sus pecados de su vida pasada sin Dios y hará que muchos sientan tal horror por sus propios pecados, que preferirían ni siquiera haber nacido. Muchos de estas personas se verán ardiendo en el fuego, un fuego tan terrible como el infierno, pero aún no será un fuego natural, será el fuego de la verdad, el fuego del Espíritu Santo, el fuego de la Divina Justicia que les mostrará sus pecados como Dios los ve y estas personas, estas almas, arderán, sentirán un dolor interior mucho peor que si estuvieran dentro de un gran horno ardiente.

Mis hermanos, purifíquense para el día de la Advertencia y ¿cómo deben purificar sus almas, sus conciencias? Convirtiéndose verdaderamente, obedeciendo todos los Mensajes de la Madre de Dios, viviendo en estado de gracia, para que en ese día inesperado no sufran o incluso expiren de tanto sufrimiento que afectará las almas de los pecadores y de aquellos que no están en gracia en todo el mundo.

Yo Juliana, Yo los amo, los bendigo y les doy siempre más Mi paz. Cuenten conmigo en todos sus sufrimientos, dificultades y dudas. Estaré a su lado para ayudarles y para protegerles siempre.

En este momento los bendigo a todos y especialmente a Marcos, el más dedicado, el más trabajador y el más querido de Mis hermanos. ¡Nos vemos pronto!"