Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

viernes, 3 de agosto de 2012

Viernes, 3 de agosto de 2012

 

Viernes, 3 de agosto de 2012:

Jesús dijo: “Hijo mío, estás leyendo en Jeremías cómo él reprendía al pueblo por sus pecados, y Dios iba a traer castigo sobre los israelitas si no cambiaban sus costumbres. (Jeremías 26:1-10) El pueblo incluso amenazó con matarlo hasta que explicó que fue Dios quien le dijo que dijera estas palabras. Más tarde fue asesinado, al igual que muchos de los profetas con palabras similares. Los israelitas no querían escuchar las palabras de reprensión de los profetas. Israel fue conquistado más tarde y obligado al exilio babilónico durante setenta años. Incluso en el mundo de hoy, las palabras de Mis profetas tampoco están siendo escuchadas, y Mi castigo vendrá sobre América porque el pueblo no se está arrepintiendo de sus pecados. Así como el pueblo mató a los profetas de antaño, el pueblo de hoy también rechazará tus palabras, y tendrás que esconderte por temor a tu vida también. Estas personas pecadoras no quieren cambiar sus costumbres, y resienten a los profetas diciéndoles qué hacer. Como resultado de este resentimiento y la próxima tribulación malvada, Mis profetas también estarán en peligro de perder la vida por predicar lo que les he dado. Incluso si Mis profetas son martirizados, es más importante continuar con su misión de advertir a las almas para que se arrepientan y se conviertan a la fe en Mí. Regocíjate en tu misión de salvar almas.”

Jesús dijo: “Mi pueblo, hay muchas profecías en el Antiguo Testamento que hablaban de la promesa de un Mesías enviado por Dios. Les dije al pueblo que yo era el Mesías señalado por San Juan el Bautista cuando me llamó el ‘Cordero de Dios’. Aún así, el pueblo no quería aceptarme. En cambio, dijeron que yo era un blasfemo, y me crucificaron en la cruz. Mi venida a la tierra fue un cumplimiento del Antiguo Testamento. No vine a cambiar la ley, sino a cumplirla. Morí para que toda la humanidad pudiera ser liberada de sus pecados, y traje la salvación a todos en Mi sacrificio. Les he dejado Mi don eucarístico de Mi Cuerpo y Sangre bajo las apariencias de pan y vino. Estoy contigo siempre en Mis Hosts consagrados en Mi tabernáculo. Les agradezco por venir a esta Hora Santa de la Divina Misericordia, y Mi Bendición para recitar Mis alabanzas divinas.”

Origen: ➥ www.johnleary.com

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