sábado, 7 de enero de 2017

Sábado, 7 De Enero De 2017

Sábado 7 de enero de 2017: (San Raimundo de Peñafort)

Jesús dijo «Pueblo mío, no estaba preparado para comenzar los milagros de Mi ministerio, pero a petición de Mi Santísima Madre, cambié el agua de las seis tinajas de agua en vino. También lo convertí en un vino mejor que el del principio de las Bodas. Mis apóstoles se convirtieron en verdaderos creyentes en Mí cuando vieron Mis milagros. Sigo realizando milagros cuando rezáis, como la victoria de vuestro Presidente electo. Este milagro de las Bodas fue la transformación del agua en vino. Hago milagros en cada Misa cuando transformo el pan y el vino en Mi Cuerpo y Sangre de Mi Eucaristía. Habéis visto otros milagros, pero Mi milagro eucarístico es especial, porque así permanezco con vosotros cada día en Mi Presencia sacramental. Atesora este milagro que compartes Conmigo, cuando Me recibes en la Sagrada Comunión. Alabadme y dadme gracias después de cada Santa Comunión».

Jesús dijo: «Pueblo mío, cuando tenéis dinero más que suficiente para vivir una buena vida, algunas personas se esfuerzan por conseguir fama, poder o más dinero. Tu gente de Hollywood lleva una vida diferente a la de la mayoría de la gente, y tiene objetivos distintos. Algunos comparten su riqueza, mientras que otros quieren más fama, más dinero o más poder sobre la gente. Es la codicia de las cosas lo que puede convertirse en una adicción. Todo tu dinero, fama y poder son efímeros y pasan. Mi pueblo necesita centrar sus vidas en el amor a Mí, y en estar Conmigo en el cielo por toda la eternidad. Vuestras vidas tienen que estar centradas en Mí, y no en lo que podáis conseguir en esta vida. El éxito financiero o la fama, no comprarán tu camino al cielo. Es siendo humilde y arrepintiéndote de tus pecados como podrás estar en el camino correcto hacia el cielo. Así que no te preocupes ni te esfuerces por las cosas terrenales, porque se pudrirán o quedarán anticuadas. Todas las cosas de esta tierra son temporales, y es mejor esforzarse por conseguir tesoros espirituales que te acerquen a Mí en el cielo. Da gracias y alaba todos los dones que has recibido, y agradece tu don de la fe.»