Jueves, 16 de enero de 2020
Nuestra Señora dijo: «Mis queridos hijos, me alegro de que pudierais hacer tiempo para venir a mi santuario cuando me aparecí aquí en 1953 y di mensajes durante 33 días. Aunque la Iglesia no acepte formalmente este santuario, estuve verdaderamente aquí, y es un lugar santo custodiado por los ángeles de Dios. Leerás mis mensajes más adelante, pero éste está verdaderamente relacionado con Fátima, ya que me aparecí a dos muchachas y a un muchacho. Lee la promesa del primer mensaje y acéptala en tu corazón. Tenéis un poco del agua bendita del pozo, y yo entregaré vuestra petición de Amy a mi Hijo Jesús. De nuevo, te doy las gracias por visitar esta montaña sagrada y mi santuario».
Dijo Jesús: «Pueblo mío, estoy haciendo brillar Mi Luz y Mis gracias sobre todo Mi pueblo en la tierra. Acabas de leer en el Evangelio cómo sané a un hombre con lepra, cuando solicitó Mi curación. Llamo a todos Mis fieles a venir a Mí en Confesión para ser limpiados de la lepra del pecado en vuestras almas. He muerto en la cruz para traer la salvación a todo el que quiera aceptarme. Así como el hombre se acercó a Mí para pedirme la curación, así vosotros debéis pedirme por vuestra propia voluntad que deseáis ser curados tanto físicamente en vuestro cuerpo como espiritualmente en vuestra alma. Os amo a todos y deseo que todos podáis tener almas puras si así lo deseáis. Así que no seáis perezosos cuando no vengáis a la Confesión, sino venid al sacerdote en el confesionario para que podáis ser limpiados por la absolución del sacerdote de vuestros pecados.»