viernes, 23 de diciembre de 2016

Mensaje de la Santísima Virgen María

A Su Amada Hija Luz De Maria.

Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón:

Que mi Bendición Maternal sea en cada uno de vosotros el bálsamo que os lleve a reflexionar en estos instantes en que celebráis el Nacimiento de Mi Hijo.

Descubrid en el silencio la Voz que os guía y que no escucháis cuando permanecéis distraídos. No puedes vivir en silencio interior si no buscas esos instantes a solas con Dios.

La Casa del Padre os explica Su Voluntad, y no la escucháis porque permanecéis en un ruido constante.

AMADOS HIJOS: ¡Salvad Vuestras Almas!

SALVAD Vuestras Almas Con Conciencia De Vida Eterna, Con Entusiasmo Y Estando Vigilantes Respecto A Vuestro Trabajo Y Acción Momento A Momento.

La Luz Divina que permaneció presente en el Arca de la Alianza, en el Monte Sinaí, en el Pesebre y en la Cruz, sigue estando ante cada uno de vosotros, hijos. Ante los pecadores, ante los santos, ante los que no creen y ante los que creen, ante los necios y ante los sabios, LA Luz Divina ESTÁ VIVA.

En el Amor Divino, el que pide recibe, y el que es sabio sigue buscando a Mi Hijo; se mantienen alerta, mirando las señales, no encerrándose en su caparazón, sino abasteciéndose de la Palabra Divina para ser penetrados y conmovidos por esta Luz del Espíritu Santo que viene a entregarse en silencio.

Amados hijos, la persona sabia conoce el camino a seguir, y aunque no conozca el final del camino, continúa su peregrinación llena de humildad hacia su encuentro con Mi Hijo.

TÚ Conoces El Propósito De Tu Misión:

DEBES DEVOLVER LA TIERRA A LAS MANOS DEL CREADOR Y CONVERTIRTE EN AQUELLOS QUE MERECEN LA VIDA ETERNA.

En este instante abundan los hombres orgullosos que, por sus conocimientos e inteligencia, creen poseerlo todo de antemano. No, hijos, necesitáis amar a Dios, el conocimiento es un paso hacia la comprensión y la unión con el Cielo, pero el conocimiento no es signo de fe ni de santidad.

Estáis llamados a la humildad, pero no a la ignorancia, porque en este instante proliferan los que se han entregado a satanás y trabajan para aumentar el gran holocausto espiritual de la Humanidad. ¡Cuántos inocentes mueren! ¡Cuántos por el hambre, el terrorismo y el terrorismo del aborto consentido por sus padres!

Debéis tener esto presente en este instante, y adorar a Mi Hijo por aquellos que no Le adoran ni Le aman, y que Le faltan al respeto de muchas maneras.

Queridos hijos:

No oís la Voz de Dios porque vivís en el ruido, no oís a vuestros Compañeros de Viaje porque vivís en el ruido... Vuestros Protectores, designados por el Padre Eterno, os protegen ... Y no pensáis en estos Siervos de DIOS que os libran de males mayores. La ignorancia del Pueblo de Mi Hijo es tal que no trascendéis, no apeláis a vuestros Guardianes para que os dirijan, con vuestro consentimiento, suplicándoles que no os abandonen en ningún momento.

NIÑOS, ¡Llamadme! ... Yo Soy La Madre De Dios Y Madre De La Humanidad.

El hombre es pecador, pero tú no tienes por qué vivir en pecado. Levantaos, creed en esta Madre y en las Revelaciones a través de las cuales os he llamado y os sigo llamando.

Vivid como verdaderos hijos de Mi Hijo, en humildad, adorándole, entrando en unidad con Él. Sed criaturas receptivas al Poder de Dios, a la Grandeza de Dios, y aceptad a Mi Hijo, pues EN Él Encontraréis El Plan De Salvación Y Seréis Parte De Esa SALVACIÓN .

HUMANIDAD, ¡No Quieres Penetrar En La Unión Con DIOS!

Mi Hijo Permanece Contigo. En este instante, reúnete de nuevo con El Señor del tiempo y del espacio.

Sé consciente de la magnitud del Nacimiento de Mi Hijo, del que no puedes separar Su Encarnación, ni Su entrega en la Cruz. Tan infinito es el Amor del Padre. Y la Humanidad se limita a lo superfluo, a no buscar la esencia de cada acontecimiento, de cada Palabra Divina, y esto por conveniencia.

En este instante, vuestros hermanos y hermanas sufren a causa de tantos Herodes que persiguen al Pueblo de Mi Hijo, que encuentran alegría en matar niños sin sentir arrepentimiento por ello. ¡Tantos Herodes que se han entregado en manos del enemigo del alma y que venden la Iglesia de Mi Hijo! ¡Tantos Herodes que con su poder económico corroen la salud de los Pueblos, matan de hambre a grandes poblaciones, infectan los alimentos de las Naciones, crean nuevas enfermedades, laceran a los inocentes! Éstos son los Herodes de este tiempo, los que trabajan desde altos puestos sin abrir la boca para no ser descubiertos.

Vosotros, hijos Míos, adorad y reparad por tal crueldad en la Humanidad, por las faltas ante la Ley de Dios, por las leyes que se aplican entre las Naciones y que son contrarias a la Voluntad Divina, reparad por la sangre derramada por los actos de terrorismo.

Hijos Míos, acercaos a los que no tienen, y compartid el pan de cada día; dad comida a los necesitados, pero compartidla con el amor de un verdadero hijo de DIOS.

Rezad hijos Míos, rezad por aquellos que en nombre de Dios ofenden gravemente al INOCENTE.

Rezad hijos Míos, rezad esta Nochebuena por el sufrimiento y la persecución de los cristianos.

Rezad hijos Míos, rezad por Europa. Llora, no sonríe, se aflige ante el desprecio de sus hermanos que se atacan rencorosamente.

Rezad, hijos Míos, rezad por la Iglesia de Mi Hijo, se estremece. Roma está angustiada y tiene miedo.

Al aceptar el mal para que dirija el destino de la Humanidad, el hombre ha crecido con un conocimiento deformado para su propio sufrimiento. El hombre utiliza para el mal los dones que ha recibido de Dios y esos dones desaparecen a causa del mal; de este modo el mal penetra en la criatura humana, que lo acepta, y la llena de todo lo contrario al bien.

POR TANTO, Queridos Hijos, Llenad la Creación con el Bien que Nace de Vuestras Almas, Sed Criaturas De Paz, Sed Ofrendas Agradables No Sólo Esta Noche Sino En Cada Instante De Vuestras VIDAS.

Orad... y en el silencio reparad ante Mi Hijo por el daño que vuestros hermanos y hermanas están causando al propio hombre.

Rezad hijos míos, y donde quiera que estéis, sed un consuelo para vuestros hermanos y hermanas que sufren en este instante a causa de la Naturaleza, que no espera sino que quiere que reaccionéis.

LOS ÁNGELES CANTAN LA GLORIA DE DIOS ... Y En La Tierra Mis Hijos SUFREN .

Os bendigo como Madre de cada uno de vosotros. Quiero que nazcáis a una vida nueva, conscientes de lo que significa ser Mis Hijos.

Recibid Mi Bendición Maternal, no os separéis de Mí, Yo os conduzco a la Vida Eterna.

Os amo.

Madre María

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO