Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
miércoles, 7 de diciembre de 2016
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, día 7, aniversario mensual de mis apariciones Aquí con todo el Cielo y víspera de mi Inmaculada Concepción, vengo de nuevo a vosotros para deciros: Es la noche santa, es la noche santa de la aurora de vuestra salvación. Es la noche santa en que la Santísima Trinidad, viendo que ya había llegado la plenitud de los tiempos, había decidido crearme Inmaculada, pura, sin mancha y llena de la gracia del Señor. Esta noche es una figura de la noche de la antigua ley, es también una figura de la noche del pecado y de la separación de Dios en la que ha vivido la humanidad durante tantos años, desde el pecado de nuestros primeros padres. Yo soy la Aurora de la Salvación, y por eso la Santísima Trinidad me hizo Inmaculada, llena de Gracia, llena de amor, llena de la benevolencia del Altísimo. Soy la Aurora de la Salvación, y por eso, Dios me ha colmado verdaderamente de todas las gracias de Su Munificencia. Me ha elevado a la más alta dignidad que una criatura pura puede ser elevada a la dignidad de la Madre de Dios. Para entonces, dar verdaderamente al mundo a Su Hijo Unigénito para salvarlo y llevar la santidad y la salvación a toda la humanidad.
Yo soy la Aurora de la Salvación y, por eso, en esta noche santa os invito a entregarme verdaderamente vuestros corazones. Para que pueda introducir en ellos y hacer brillar en ellos mi luz mística e inmaculada, que se hará tanto más fuerte cuanto que las tinieblas envuelven al mundo, a las almas, a las familias, a la sociedad y a la Iglesia.
En aquellos malos tiempos, Satanás consiguió oscurecerlo todo con su humo y lo sumió todo en las tinieblas más profundas del pecado. Por eso, mi misión maternal como Aurora de Salvación es traer de nuevo a este mundo la luz del Sol de Justicia, Cristo Jesús, que pronto volverá a vosotros en gloria.
Por eso he venido en mis apariciones como Aurora de la Salvación a preparar el camino para el regreso de mi Hijo. Y así como yo, la Inmaculada Concepción, preparé el camino para Su primera venida, comenzando a iluminar el mundo con los rayos de mi santidad y de mi pureza inmaculada, así ahora vengo ante mi Hijo, para iluminar el mundo con los rayos de mi gracia, de mi amor y de la verdad en mis apariciones aquí y en tantas partes del mundo.
Para que de este modo prepare verdaderamente a mi Hijo un pueblo santo y templos santos en las almas para Él, que ya vuelve a vosotros en amor y como amor.
Por tanto, obedeced Mis Mensajes, rezad mucho, vivid una vida santa para que verdaderamente en vosotros brille siempre y cada día más Mi luz inmaculada hasta que se convierta en un verdadero día luminoso de santidad, de gracia y de amor.
Mañana rezad mi Rosario a mediodía como os pedí Aquí y se os concederán todas las gracias que pidáis. Di a Mis hijos que vengan con el corazón dilatado y abierto por mucha oración. Cuanto más dilatéis vuestro corazón, más recibiréis. Cuanto más recibáis, más se ensanchará vuestro corazón.
Os amo a todos, me preocupo por todos y siempre tengo mi mirada puesta en todos vosotros.
Rezad mi Rosario todos los días, porque en él hago brillar mi luz inmaculada en vuestras almas y a través de vosotros en muchas otras almas que están en pecado.
A todos bendigo con amor a Lourdes, Pellevoisin y Jacareí».
(San Joaquín): «Queridos hijos, queridos hijos de mi hija María Santísima, yo, Joaquín Padre de la Madre de Dios, vengo esta noche desde Su Inmaculada Concepción que precede a Su Día, para deciros: Sed inmaculados como María Inmaculada, viviendo una vida santa, mucha oración, mucho amor y profunda devoción a Ella, porque Ella es el camino por el que Dios vino a vosotros y Ella es el camino por el que seguramente iréis a Dios. Sé inmaculada como María Inmaculada, viviendo una vida en gracia de Dios, dejándote formar siempre por Ella, enseñando por Ella, iluminando por Ella, corrigiendo por Ella, para crecer verdaderamente en gracia y santidad. Y así, sé cada día más como el Corazón Inmaculado y sin mancha de Ella, para que entonces, puedas agradar verdaderamente a la Santísima Trinidad y alcanzar Su Misericordia y Su Gracia.Sé inmaculada como María Inmaculada, viviendo como Ella vivió, sirviendo, obedeciendo, amando a Dios cada vez más, entregando tu vida cada vez más al servicio de Dios. Y sobre todo, cumpliendo con amor y fidelidad la Palabra del Señor, Sus mandamientos que son siempre vida, gracia, felicidad y salvación para ti.Yo, Joaquim, Padre de la Madre de Dios, ¡te quiero mucho! Vivo aquí con mi Hija Inmaculada y con mi Esposa Ana siempre, rezando por vosotros, intercediendo por vosotros, implorando gracias al Señor por vosotros. Tengo la misión de cuidar de todos vosotros, hijos de Mi Hija, porque soy vuestro Abuelo Celestial y Espiritual y os cuido mucho, os tengo verdaderamente un amor especial y os cuido con una solicitud especial y particular. En tus aflicciones, en tus tribulaciones ven a Mí, pide Mi poderosa ayuda, y Yo te ayudaré siempre. Amad a María Inmaculada entregándole vuestro corazón para que Ella lo purifique, lo embellezca, lo perfume, lo ilumine, lo haga bello y perfecto para Dios. Y yo te digo Un corazón, un don como éste, ofrecido al Señor por las manos de mi hija María, el Señor no lo rechazará. Por eso, cultiva cada día una devoción verdadera y perfecta hacia ella, para que seas admitido en el servicio y en la presencia del Señor.
Ama a María con todo tu corazón y María te amará también con todo su Corazón Inmaculado. Dale a María todo, toda tu vida y Ella te dará también todo su Amor, todo su Afecto, toda su Paz.
Yo, Joaquín, os quiero mucho y a todos vosotros os bendigo ahora con extremo amor y especialmente a Marcos, el siervo más obediente y entregado de mi Santísima Hija María.
Complaces mucho a Mi Corazón sirviéndola, me das una gran alegría viéndote trabajar, sirviéndola, incluso cuando estás muy cansado como hoy, que has hecho para Mi Hija tres, tres nuevos Registros del Rosario Meditado a la vez.
Estabas muy cansada de toda una semana de intenso trabajo y de correr mucho para preparar Su Fiesta. Pero aun así, sacaste de tu corazón, de tu llama de amor la fuerza para trabajar hoy aún más intensamente para Ella. Y esto, esto es lo que nos hace inmensamente felices, ver a un siervo así, amando tanto a Mi hija María, dedicándose tanto a Ella y trabajando ardientemente por Ella incluso estando agotado.
Cuando te cuesta más hacer cosas por Ella, entonces das más gloria a Dios, más gloria a Ella, más alegría a Mí y también más méritos para Mí reunidos en tu tesoro del Cielo.
Debéis sentiros felices, porque esta noche santa que precede a la Inmaculada Concepción de Mi Hija, esta noche es una de las noches del año en que más gracias recibís de Su Corazón.
Y mañana verdaderamente Ella no os negará nada, porque durante el año no le habéis negado nada.
Os bendigo a vosotros y a todos estos Mis amados nietos de Nazaret, Belén, Jerusalén y Jacarí.
(Santa Ana): «¡Queridos, amados hijos y nietos espirituales Míos! Yo, Ana, vengo esta noche ante la Inmaculada Concepción de mi hija María para bendeciros y deciros: Amad a María con todo vuestro corazón y María os amará. Honrad a María y María os honrará, exaltad a María y María os exaltará, servid a María y María siendo Reina del Cielo y de la Tierra os servirá y ayudará con sus gracias.Dad a María vuestro Corazón y María os dará su Corazón Inmaculado lleno de gracias, para que a través de él recibáis todo el bien y toda la gracia del Señor.Dad a María todo vuestro amor y María os dará todo su amor. Honra a María con tu vida llena de oración, sacrificio, servicio y obediencia a Ella. Sirve a María no en apariencia, sino en verdad. Porque Ella no quiere una devoción aparente, no quiere un amor aparente, sino un amor real, verdadero, sincero y profundo de tu corazón.Ama a María con todas tus fuerzas, sacrificándote por ella, porque el que ama lucha, trabaja, se sacrifica e incluso muere por el que ama.Ama así a mi Hija María, y ella también hará todo por ti. Hazlo todo por ella, y ella lo hará todo por ti. Si amas a María, amarás a Jesús, el fruto bendito de su vientre, porque ella y Jesús estaban tan unidos en la unión mística entre ellos que son dos Corazones unidos en una sola llama de amor. Por eso, todo el que ame a María amará también a su fruto bendito, que es mi nieto Jesucristo. Ama a Jesús y amarás también a María, porque el Corazón de Jesús y el Corazón de María están unidos en una sola llama de amor. Y amando a estos Corazones en un solo corazón, darás verdaderamente a Jesús y a María todo el amor que desean. Es el amor que debéis dar mañana en la Fiesta de mi Hija María; la Virgen Inmaculada sólo quiere de vosotros un amor total, completo, sin reservas e inmaculado. Es decir, sin mancha de intenciones humanas, sin mancha del yo, sin mancha de la contaminación de los amores terrenales de las criaturas.
Para que, en verdad, tu corazón siendo totalmente suyo y permaneciendo totalmente en ella pueda finalmente recibir de ella la Llama de Amor, para que haga grandes maravillas en el mundo entero.
Oh, ¡cuánto os amo! Si mañana pedís a Mi hija María y también a Mí la gracia de ser quemados con la Llama de Amor, esta gracia os será concedida y todo lo demás os será dado por añadidura. Porque quien tiene la Llama del Amor, que es el Espíritu Santo, lo tiene todo, y a través de él también el Reino de Dios, y todo se le dará por añadidura.
Sí, ¡cuánto os amo mientras os protejo, cuánto os bendigo! Y cuánto trabajo también por vosotros cada día. Desde el primer Mensaje que di Aquí hasta hoy, nunca he dejado de trabajar por vuestra salvación, intercediendo por vosotros, abogando por vuestra causa en el Cielo, implorando grandes gracias al Señor, por medio de mi Hija María, por Sus méritos para con vosotros.
Además, cada día ofrezco siempre al Señor mis méritos personales, incluidos los grandísimos méritos que he obtenido ejercitando la virtud de la paciencia heroica que he tenido durante todos los años que he sido estéril. Sufriendo la burla, la humillación y el escarnio de todos aquellos que decían que estaba maldita por el Señor, porque no tenía hijos.
Ofrezco por vosotros todos los méritos de la virtud de la paciencia sufrida en mi gran humillación, para que recibáis verdaderamente cada día del Señor: gracia, bendición, paz y misericordia.
Rezad el Rosario de mi Hija María, porque a través de él Ella os dará siempre, a vuestros corazones, profundas gracias de amor. Y verdaderamente, Ella os hará hijitos de la Inmaculada Concepción.
Ahora os bendigo a todos y especialmente a mis hijos João y Olides que trajeron aquí mi imagen desde Portugal, fue mi voluntad, fue mi deseo. Y así, como trajisteis esta Mi imagen a través de la cual daré muchas bendiciones y gracias a Mis nietos peregrinos que vengan aquí. Y así, un día también os llevaré a vivir Conmigo en Mi casa del Cielo.
Me habéis traído aquí, un día os llevaré a Mi casa del Cielo. Me habéis traído a esta casa de mi hija, que también es mía, un día os llevaré a su casa en el Cielo, para que junto a mí y a mi esposa cantéis de verdad las alabanzas del Señor para siempre a mi lado y seáis felices conmigo para siempre.
A todos bendigo ahora con amor desde Jerusalén, Nazaret y Jacari.
Paz a ti Marcos, Paz también a tu Padre espiritual Carlos Tadeo, dile que le quiero mucho, que le protejo, que le cuido, que le guardo y que le amo de verdad celosamente. Y nunca permitiré que nada lo separe de mi hija María Santísima, porque él es un regalo, una delicia que mi nieto Jesús le dio a mi hija. Es un regalo que mi nieto Jesús dio a mi hija, un regalo que yo y mi cónyuge Joaquim cuidamos con celo, amor y verdaderos celos.
Sí, él también es Mío, lo amo, lo guardo, lo defiendo y siempre, siempre estaré atenta, celosa, cuidando de él con especial esmero y siempre dispuesta a abogar en el Cielo por todas las gracias que necesite.
Dile que mañana estaré particularmente cerca e inclinada a derramar sobre él las gracias de la Inmaculada Concepción de mi Hija María.
Y sobre ti Marcos, el más ardiente y celoso de Mis devotos, que tanto te has ocupado de difundir Mi devoción a través de Mis imágenes, a través de la Mística Ciudad de Dios, donde tantos miles y miles de Mis nietos han sabido que en el Cielo hay una Abuela Espiritual que les quiere mucho y reza por ellos.
A vosotros que tanto Me habéis amado desde vuestra más tierna juventud y a todos estos Mis nietos que también son Mis hijos, os bendigo con amor desde Jerusalén una vez más, desde Nazaret y desde Jacari».
(Marcos): «Querida Mamá del Cielo, ¿puedes tocar con tus padres esos rosarios que Nosotros hemos hecho para tus hijos ya que mañana la Señora no tocará?
(Nuestra Señora): «Queridos hijos, como dije antes, allí donde llegue uno de estos Rosarios tocado por Mí, por Mi Madre Santa Ana y por San Joaquín Mi Padre, allí estaremos vivos Nosotros Tres llevando grandes gracias del Señor para todos. Deseo de verdad que todos Mis hijos tengan estos Rosarios bendecidos por Mí, porque en los días del Gran Castigo la casa donde estén no será golpeada por los rayos de la Ira de Dios, ni los demonios podrán entrar en ella para agarrar y llevar a Mis hijos a las llamas. Allí estaremos siempre presentes cubriendo esa casa con Nuestros mantos de Luz, y será defendida de todo mal como lo fueron las casas de los israelitas en Egipto que tenían la Sangre del Cordero en la puerta. Llevad a todos Mis hijos estos Rosarios para que sean ayudados, bendecidos y custodiados cada vez más por Nosotros.
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